OFRENDAS DOLOROSAS
aldo
luis novelli
misil
hace
100 años había un olivo
en
aquella loma
y
en su sombra mis abuelos
descansaban
de la cosecha.
ayer
había una calle
mojada
por la lluvia
donde
ahora corre agua enrojecida.
hace
un instante
había
una casa aquí
donde
comíamos con mis hermanitos
shashlik
con ensalada mutabbal.
ahora
hay un inmenso hueco
en
este lugar ardiente
lleno
de escombros y tierra quemada
tapando
para siempre
a
mis amados hermanitos.
amigos
afuera
hace frío
hace
muerte absurda
hace
hambre injusta/
allá
lejos hace guerra
hace
genocidio en Palestina
hace
dolor y esclavitud.
amigos
debemos reunirnos
y
encender un fueguito
para
hablar de nosotros
de
nuestras historias
más entrañables
cara a cara/ corazón
a corazón es necesario y urgente
hay que salvar al niño
que está muriendo en la calle.Porque somos un mismo pueblo, una misma lucha, un mismo mañana
ALEJANDRO
JUSIM
(La
Plata-Buenos Aires-Argentina)
SOLO
PALABRAS
Qué
hacer cuando la sangre se revela en sangre
y las manos vacías no encuentran ni el como en lo crispado.
El odio se me derrama hasta la carne
hasta en las uñas gastadas de historias abrasivas
me brota el veneno sin saber dónde escupirlo.
y las manos vacías no encuentran ni el como en lo crispado.
El odio se me derrama hasta la carne
hasta en las uñas gastadas de historias abrasivas
me brota el veneno sin saber dónde escupirlo.
No
son cuarenta y tres los que me cierran la garganta
no es Ayotzinapa la que me clava el ácido tormento de esta noche
son mares enteros de sollozos,
de alaridos en idiomas que salpican,
de kilómetros de plomo que aún no he tirado.
no es Ayotzinapa la que me clava el ácido tormento de esta noche
son mares enteros de sollozos,
de alaridos en idiomas que salpican,
de kilómetros de plomo que aún no he tirado.
Ay
si mi teclado fuera tan certero como la miseria
si este dedo índice de las palabras
le llegara al asesino pintándole su despedida.
si este dedo índice de las palabras
le llegara al asesino pintándole su despedida.
Pero
de aquí solo nacen las estrofas de algún canto
y el fuego helado del sicario no se ahoga con vocales
y mi mente camina fulminante por las calles de cenizas
sin mis manos
sin mi cuerpo
sin mi plomo
y el fuego helado del sicario no se ahoga con vocales
y mi mente camina fulminante por las calles de cenizas
sin mis manos
sin mi cuerpo
sin mi plomo
AMELIA
ARELLANO
San
Luis-Argentina)
AYOTZINAPA
Exclusivo para “LOS PUÑOS DE LA PALOMA”
Es
curiosa la sensación de la quietud.
Una
asombrosa historia. El estupor. La nada.
Alucinante
Fantasmagórico. Sombrío.
Es
difícil pensar tus ojos. Tan umbríos. Tan despedida.
Brilla
y baila la ira. La impotencia. La indefensión.
Tragar
lágrimas y mocos.
La
saña y la violencia se esconden bajo el poncho.
“Si no
estás enojado, es que no estás prestando atención.”
Y
se inclina la balanza hasta el piso.
Pisa.
Pasa. Pasa. Pisa.
Y
yo aquí. En mis manos un violín mutilado.
Una
cuerda de rabia, otra de pena.
Una
cachiporra. Un tirso. Una metralla.
Todo
vale, hay que callar los libros.
Otra
vez, otra vez y una vez más.
Recuerdos.
Fluyen. Río apócrifo.
Solo
hay dos caminos, dos.
Uno
hasta la victoria, otro hasta la infamia.
Duerme
mi niño, duerme.
Te
cantaré una nana. Es la hora del grillo.
El
reloj ya no canta.
ANDONI K. ROS SOLER
(Castilla-La Mancha-España)
TIEMPOS PÉRFIDOS
A los 43 estudiantes de Ayotzinapa
Damos pasos de gigante para recoger
la Historia de nuestros días;
Memoria que no halla mejores resultados…
Recalculo los tiempos pasados,
y me detengo en sus anales
dejando atrás aquellas tropelías,
porque sin llamar a ninguna puerta
detienen, secuestran y torturan
a otros cuarenta y tres estudiantes.
Empleando su ‘guante blanco’,
Felipe-Calderón, Peña-Nieto, Abeja-Linares
y otros cerdos para acallar el cante,
escondiendo su zarpa de criminales:
De harina abundante llenan la artesa
y a punto también su levadura,
ponen los hornos a temperatura
para cocer con mucho dinero la gran fiesta;
así, exportan a ‘paraísos fiscales’
su ambición y sus cochuras…
¿Nuevo estilo?... Añejos lemas
sin leyes para ‘carteles’ ni empresas,
un enjambre simpar de corruptelas.
…NO, ya no es una antorcha que flamea,
son las llamas que a raudales
incendian la revuelta en los hogares…
Porque en estos tiempos pérfidos,
traficantes, explotadores y criminales genocidas,
siempre fueron distintos canes
que jamás los diferenciaron sus collares.
Damos pasos de gigante para recoger
la Historia de nuestros días;
Memoria que no halla mejores resultados…
Recalculo los tiempos pasados,
y me detengo en sus anales
dejando atrás aquellas tropelías,
porque sin llamar a ninguna puerta
detienen, secuestran y torturan
a otros cuarenta y tres estudiantes.
Empleando su ‘guante blanco’,
Felipe-Calderón, Peña-Nieto, Abeja-Linares
y otros cerdos para acallar el cante,
escondiendo su zarpa de criminales:
De harina abundante llenan la artesa
y a punto también su levadura,
ponen los hornos a temperatura
para cocer con mucho dinero la gran fiesta;
así, exportan a ‘paraísos fiscales’
su ambición y sus cochuras…
¿Nuevo estilo?... Añejos lemas
sin leyes para ‘carteles’ ni empresas,
un enjambre simpar de corruptelas.
…NO, ya no es una antorcha que flamea,
son las llamas que a raudales
incendian la revuelta en los hogares…
Porque en estos tiempos pérfidos,
traficantes, explotadores y criminales genocidas,
siempre fueron distintos canes
que jamás los diferenciaron sus collares.
(San
José-Costa Rica)
LA
FRANJA DE GAZA
Hoy
he visto como extraían
a
un niño de entre los escombros
He
oído voces en idiomas ajenos
comprendidas
desde el dolor y la desgracia
mientras
misiles cercanos replican
el
sonido que produce la muerte
He
visto manos sangrantes cavando un rescate
de
un niño de meses escasos cubierto de ignominia
He
visto el dolor arrastrándose
desgarrando
pieles y tendones
He
visto esas sangrantes manos
escarbando
de entre piedras y arenas blancas
para
devolver la vida un cuerpo diminuto
Los
niños no. Por favor los niños no
Porque
la inocencia desbordará ríos de odio
Torrentes
de venganza
Porque
si fuese mi hijo el rescatado
Y
aún no siéndolo
vislumbro
la
rabia el dolor de pecho a pedazos desmembrado
las
lágrimas que se acomodan dentro
Son
tan hondas las compuertas por donde mana el odio
que
no las cerrarán ni con todas las muertes que junten en sus vidas
VIVIR
EN GAZA, MORIR EN GAZA
"Es como ser una sombra de su
propio cuerpo; pegado al suelo, imposible liberarse. Te ves a ti mismo tendido
pero eres incapaz de llenar esa sombra de vida". Palabras de un
adolescente de 17 años prisionero en una cárcel israelí.
Ser
una sombra
una
sombra que acompaña al cuerpo
una
sombra que se arrastra y repta
por
el suelo pegajoso
por
los charcos de sangre
Ser
una sombra que el dolor desborda
acucioso,
punzante
Y
desde afuera
con
mirada aterida te contemplas
mientras
el dolor incontenido
traspasa
las fronteras de la sombra
Ser
el dolor
la
ausencia de agua
la
ausencia de la vida
la
presencia de tanques de escombros
y
la muerte
La
presencia de los tábanos merodeando tu sombra
La
compasión ausente
la
humanidad ausente
Ser
un país expuesto a la metralla
un
país que se desangra vivo
en
las venas despedazadas de tus hijos
¿Cómo
no llorarte Gaza, con lágrima impotente
hasta
que los ojos ardan
en
la verde comodidad de mi rutina?
En
la ciudad del desierto
trocamos
los pájaros
Ahora
el cielo oscurece
Su
desnuda claridad con los misiles
Ya
no hay alas bordeando el horizonte
En
la ciudad del desierto
anulamos
los pájaros
Sólo
un resplandor de plata que encandila
Sólo
el ardiente estallido de las bombas
usurpa
el espacio destinado al vuelo de los pájaros
En
la ciudad del desierto
con
la misma dedicación golosa
sacrificamos
pájaros
asesinamos
niños y mujeres
Y
nos desinfectamos las manos
MUJERES
EN LA FRANJA DE GAZA
En
Gaza
una
mujer y su hija
sobreviven
comiendo
de la sangrante hierba
que
crece a la orilla
del
camino
43
(AYOTZINAPA)
Los
vi de niños
en
escuelas rurales
iban
apuntalando el futuro
de
batas blancas
cuadernos,
lápices y sueños
bajo
el brazo
Conozco
su perfil
Hice
rondas con ellos
en
patios olvidados
aún
escucho sus risas
escarchando
con destellos plateados
las
mañanas
Los
vi en sus pupitres
las
manos alzadas y la pregunta viva
acuciosos
con
ojos de lucero
indagando
por países
por
lejanías
Me
contaron que serían médicos
ingenieros,
maestros
Me
contaron que amaban la palabra
y
que la compartirían
Me
deletrearon vocablos
especialmente
algunos que no eran difíciles
pero
que decían tanto: pueblo patria esperanza
Sentí
su abrazo amigo
Iluminaron
algunos momentos míos
y
todos los momentos de sus villas
Fui
una con ellos
ellos
son para siempre con nosotros
Y
ahora
ahora
resta de esos niños
que
luego fueron jóvenes
solo
un número
Solo
un número que servirá
para
identificar la infamia
ANAMARÍA
MAYOL
(Victorica-La
Pampa-Argentina)
GAZA
La
luna fugitiva de los pájaros
vio
como ardía la ciudad
en
sangre
descendió
sobre el mar
para
matar la muerte
No
pudo con ella
ESTAS
PALABRAS
Estas
palabras se retuercen
se
enroscan en las vísceras
forman
galaxias
constelaciones
de olvidos
impulsan
memorias
se
desarman
se
duelen en las manos
se
reinventan
forman
cruces serpientes
espirales
cuchillos
no
alcanzan a explicar el horror
cuando
miro el mundo .
DESAPARECIDOS
A los 43 estudiantes en Ayotzinapa
No
me deja dormir una palabra
intento
en el insomnio
limar
sus bordes
acallar
sus aullidos
precipitar
su esencia a los abismos
pero
ella me acuchilla
con
sus nombres
se
estira entre los ojos
y
los párpados
me sacude
el estómago
las
vísceras
desbocado
el corazón galopa
nada
es
el olvido ni la niebla
nada
el
silencio el grito frente a ella
no
me deja dormir una palabra
desborda
como un río mis sentidos
y
se transforma en lluvia
y
en memoria
CERTEZA
por la memoria viva
Sé
que están
debajo
del piso
debajo
de la piel
de
los párpados
de
los ojos
de
las uñas
detrás
de la puerta
detrás
de la cortina
de
la biblioteca
de
la sombra
de
las pisadas
de
los miedos
de
la risa
Sé
que están
adentro
de la casa
del
placar
de
la heladera
de
las cacerolas
de
los utensilios
del
estómago
de
mis vísceras
entre
los libros
entre
las cejas
las
muecas
las
sábanas
la
ropa
los
olvidos
las
cajas
Sé
que están
arriba
de la cama
de
la lengua
de
las máscaras
de
las escaleras
del
sillón
de
los pies
en
el viento
en
los oídos
en
la cabeza
en
el silencio
en
los gritos
en
la tristeza
en
la memoria
BEATRIZ
CECILIA
(México
DF-México)
TODOS
SOMOS AYOTZINAPA
Hace
43 vidas
que
nos están matando
Hace
43 jóvenes
que
nos desollaron
Hace
43 verdades
que
despertamos
Hace
43 muertes
que
revivimos
Hace
43 mexicanos
somos
universales
Hace
43 dolores
nos
amputaron el miedo
Hace
43
que
estamos unidos
por
cientos de miles
retando
al silencio.
NADA
No
quiero estar presente
cuando
la campana de la iglesia llame
a
velar otro muerto.
No
quiero ver de frente a esas mujeres
que
lloran a sus hijos con las cuencas llenas
Cuando
se habla de matanza, masacre, exterminio
en mi país,
se sabe que detrás
habita una justicia secuestrada y al tiempo, cómplice.
Que la lírica cantará a los amaneceres
al perfume del ritual amoroso,
a los buenos augurios que corren con el viento,
a los muchos pensamientos puros,
a la armonía que reflejan las estrellas,
a la vida
al futuro.
Pero las auroras nos sorprenden en charcos de sangre,
el amor se reparte como refugio
en el consuelo,
la esperanza y los anhelos se mudaron a otras tierras,
la pureza se amputa al primer balbuceo.
Unas luces pardas velan los cadáveres
a manos del anónimo,
la vida se nos revuelca entre las manos
y cada tragedia ostenta un nombre propio.
No tengo corazón para esperar los frescos amaneceres
y los ocasos suman más de cien mil.
Pero lo peor de todo, lo peor
es que cuando alguien lea estas líneas
las cifras serán anacrónicas,
familias llorarán
a sus hijos, a sus padres,
decenas de mujeres asesinadas aparecerán en los tabloides.
Volverá a tañer la campana
y seguiré aquí
muy cerca
haciendo nada.
en mi país,
se sabe que detrás
habita una justicia secuestrada y al tiempo, cómplice.
Que la lírica cantará a los amaneceres
al perfume del ritual amoroso,
a los buenos augurios que corren con el viento,
a los muchos pensamientos puros,
a la armonía que reflejan las estrellas,
a la vida
al futuro.
Pero las auroras nos sorprenden en charcos de sangre,
el amor se reparte como refugio
en el consuelo,
la esperanza y los anhelos se mudaron a otras tierras,
la pureza se amputa al primer balbuceo.
Unas luces pardas velan los cadáveres
a manos del anónimo,
la vida se nos revuelca entre las manos
y cada tragedia ostenta un nombre propio.
No tengo corazón para esperar los frescos amaneceres
y los ocasos suman más de cien mil.
Pero lo peor de todo, lo peor
es que cuando alguien lea estas líneas
las cifras serán anacrónicas,
familias llorarán
a sus hijos, a sus padres,
decenas de mujeres asesinadas aparecerán en los tabloides.
Volverá a tañer la campana
y seguiré aquí
muy cerca
haciendo nada.
CLAUDIA AINCHIL
(Ciudad
Autónoma de Buenos Aires-Argentina)
GAZA
Resuena
sangre
devora
internándose
corren
niños despavoridos
pobres
niños
observan
atónitos
por
que? se preguntan
nadie
les responde
y
caen
sus
voces pasan a ser silencio siempre.
La
casa humana comienza a derrumbarse
con
cada explosión los tratados del alma
son
destruidos
el
magma sacude
se
ensombrece la vida.
Transcurren
los días, la televisión segmenta imágenes
en
cámara lenta los fuegos no cesan
un
mundial de fútbol compartió noticieros
multitudes
tras un gol
y
muchos corazones dejaron de latir…
el
árbol fue perdiendo hojas
en
un territorio lejano
plomo
volador jugando al ta te ti.
Gaza,
ojos que lloran
ojos
de la desolación.
FRANK
PEREIRA HENNESSEY
(Barranquilla-Colombia)
LLANTO
Lloro
por los de GAZA
confinados
por la piel de la tierra,
por el refugio de un viento perdido,
por una rosa de sangre
de vestigios agrestes,
que trazan
la noche de los triángulos.
confinados
por la piel de la tierra,
por el refugio de un viento perdido,
por una rosa de sangre
de vestigios agrestes,
que trazan
la noche de los triángulos.
LOS
DE GAZA
Ellos
vienen de la tierra
de los que bifurcan sus paredes,
entre la sangre
y el olvido
como el principio lejano.
vienen de la tierra
de los que bifurcan sus paredes,
entre la sangre
y el olvido
como el principio lejano.
Ocultan
una brizna de esperanza,
tatuando el desierto
en sus parpados marchitos,
propagan
la vestidura de los espejismos
en la grieta de una pálida tristeza.
una brizna de esperanza,
tatuando el desierto
en sus parpados marchitos,
propagan
la vestidura de los espejismos
en la grieta de una pálida tristeza.
GREGORIO
ECHEVERRÍA
(Rosario-Santa
Fe-Argentina)
SUBSAHARIANOS
Que
es como decir subhombres / como instalarlos
en el confín en el peldaño último / más allá de la nada
hologramas acaso que no piensan ni sienten
ni merecen sino la miscelánea buena para rellenar
esos huecos molestos de la tanda / varios murieron
a bordo del cayuco a pocas millas de su Atlántida
esas motoras expertas en los ceremoniales
de la desesperanza / barcos negreros tanta agua
negra resucitando unas mutilaciones olvidadas.
en el confín en el peldaño último / más allá de la nada
hologramas acaso que no piensan ni sienten
ni merecen sino la miscelánea buena para rellenar
esos huecos molestos de la tanda / varios murieron
a bordo del cayuco a pocas millas de su Atlántida
esas motoras expertas en los ceremoniales
de la desesperanza / barcos negreros tanta agua
negra resucitando unas mutilaciones olvidadas.
INGEL
LAZARET
(Carmen
de Patagones-Buenos Aires-Argentina)
EL NIÑO DE GAZA
Los aviones atronaron sobre los cielos de Gaza
esparciendo su metralla y explosivos por doquier.
Se vio a la gente correr a esconderse en los refugios.
Los niños y los adultos vieron a muchos caer
y en el suelo perecer con sus cuerpos destruidos.
La sangre formaba un río que circulaba a sus pies.
No hubo tregua ni una vez, ni paz ni bandera blanca,
sólo sórdida arrogancia, que no se puede entender.
Nadie puede ser tan cruel con tanto desprotegido.
Se vio a un pequeño perdido en el campo de la guerra.
Su madre, herida, lo espera entre los cuerpos tendidos.
Decidido corre el niño y sin siquiera alcanzarla,
con una bala en su espalda, se vio caer al chiquillo.JUAN SASTURAIN
(Ciudad
Autónoma de Buenos Aires-Argentina)
AYOTZINAPA
Desde
Guadalajara
Dónde
estarán, pregunta la dolida
multitud, por los cuarenta y tres
que vivos se llevaron una vez
y que habrán de volver con alma y vida.
multitud, por los cuarenta y tres
que vivos se llevaron una vez
y que habrán de volver con alma y vida.
Quién
los llevó, dice la distraída
retórica del mundo del revés,
como si no supiera lo que es
política de Estado conocida.
retórica del mundo del revés,
como si no supiera lo que es
política de Estado conocida.
Por
qué será, qué son esos excesos,
se extraña la prensa acostumbrada
a no opinar pero a medrar con esos
se extraña la prensa acostumbrada
a no opinar pero a medrar con esos
gestos
vacíos que no dicen nada.
Para saber, tendrán que hablar los huesos
como en los viejos grabados de Posada.
Para saber, tendrán que hablar los huesos
como en los viejos grabados de Posada.
HUGO
FRANCISCO RIVELLA
(Rosario
de la Frontera-Salta-Argentina)
AYOTZINAPA
TENGO DOLOR ¿ACASO PUEDO TENER OTRA COSA?
Tengo dolor ¿Acaso puedo tener otra cosa?
Sí.
Puedo tener la luz quebrada, y a mi sombra, como un espejismo de mi cuerpo, deambular entre los nombres de los 43 normalistas que me llaman desde el lugar en que están.
Sí.
Puedo buscar entre las decenas de fosas clandestinas otros nombres, otras muertes, otros ojos, otros cuerpos. A la distancia, México, parece una tumba sin fondo.
Y desde aquí, también, el eco de los 30.000 mil desaparecidos susurran justicia.
Tengo dolor ¿Acaso puedo tener otra cosa?
Sí.
Porque debo hacer algo.
Un cartel. Un poema. Una rosa en la muerte. Un puño. Una daga en el ojo del político.
Ayotzinapa es el centro del mundo o debiera serlo.
¿Cómo salir a la calle por estos días sin pensar en las madres que buscan a sus hijos a tientas, en la penumbra? Digo, en la penumbra, que desde el poder instalan para que nada pueda verse, o que se vea sea tan solamente muñones de una realidad donde pareciera que todo está bien
Los asesinos de Guerreros Unidos le sacaron los ojos a Julio César Mondragón.
Le sacaron las uñas a Julio César Mondragón.
Lo desollaron vivo a Julio César Mondragón.
Pero desde las cuencas vacías de sus ojos todavía nos sigue mirando Julio César Mondragón.
Chilango, desde los ojos de tu hija, también nos seguirá mirando para siempre.
Julio César Mondragón tu calavera sangra todavía.
En medio de ese dolor, el abuelo de Julio César mojaba una flor en agua bendita e iba salpicando la fosa de su nieto.
¿Pretenden sembrar terror con esta muerte?
Sevicia se llama a esta extrema y excesiva crueldad.
A lo despiadado para infundir miedo. Para silenciar.
¿Qué si no fueron la cabeza de Misael Hernández o de Marino López, decapitados, y sus cabezas rodando en una cancha de fútbol absurda y demencial?
La droga y el poder político avanzan como una mancha voraz sobre México. Lo pone de rodillas. Lo viola. Avanza y no se detiene.
Se extiende como un pájaro negro sobre América latina.
Tengo dolor ¿Acaso puedo tener otra cosa?
Sí.
Puedo exigir Justicia.
Gritar a cuatro vientos la responsabilidad del Estado.. Golpear puertas.
Abrir el corazón.
Preguntar ¿Dónde están?
Abel García Hernández
Abelardo Vázquez Peniten
Adán Abrajan de la Cruz
Alexander Mora Venancio
Antonio Santana Maestro
Benjamín Ascencio Bautista
Bernardo Flores Alcaraz
Carlos Iván Ramírez Villarreal
Carlos Lorenzo Hernández Muñoz
César Manuel González Hernández
Christian Alfonso Rodríguez Telumbre
Christian Tomas Colon Garnica
Cutberto Ortiz Ramos
Dorian González Parral
Emiliano Alen Gaspar de la Cruz.
Everardo Rodríguez Bello
Felipe Arnulfo Rosas
Giovanni Galindes Guerrero
Israel Caballero Sánchez
Israel Jacinto Lugardo
Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa
Jonas Trujillo González
Jorge Álvarez Nava
Jorge Aníbal Cruz Mendoza
Jorge Antonio Tizapa Legideño
Jorge Luis González Parral
José Ángel Campos Cantor
José Ángel Navarrete González
José Eduardo Bartolo Tlatempa
José Luis Luna Torres
Jhosivani Guerrero de la Cruz
Julio César López Patolzin
Leonel Castro Abarca
Luis Ángel Abarca Carrillo
Luis Ángel Francisco Arzola
Magdaleno Rubén Lauro Villegas
Marcial Pablo Baranda
Marco Antonio Gómez Molina
Martín Getsemany Sánchez García
Mauricio Ortega Valerio
Miguel Ángel Hernández Martínez
Miguel Ángel Mendoza Zacarías
Saúl Bruno García
En cada uno de ellos se arrodilla la vida.
En cada uno de ellos, un dios de carne y hueso pide perdón, igual que yo.
TENGO DOLOR ¿ACASO PUEDO TENER OTRA COSA?
Tengo dolor ¿Acaso puedo tener otra cosa?
Sí.
Puedo tener la luz quebrada, y a mi sombra, como un espejismo de mi cuerpo, deambular entre los nombres de los 43 normalistas que me llaman desde el lugar en que están.
Sí.
Puedo buscar entre las decenas de fosas clandestinas otros nombres, otras muertes, otros ojos, otros cuerpos. A la distancia, México, parece una tumba sin fondo.
Y desde aquí, también, el eco de los 30.000 mil desaparecidos susurran justicia.
Tengo dolor ¿Acaso puedo tener otra cosa?
Sí.
Porque debo hacer algo.
Un cartel. Un poema. Una rosa en la muerte. Un puño. Una daga en el ojo del político.
Ayotzinapa es el centro del mundo o debiera serlo.
¿Cómo salir a la calle por estos días sin pensar en las madres que buscan a sus hijos a tientas, en la penumbra? Digo, en la penumbra, que desde el poder instalan para que nada pueda verse, o que se vea sea tan solamente muñones de una realidad donde pareciera que todo está bien
Los asesinos de Guerreros Unidos le sacaron los ojos a Julio César Mondragón.
Le sacaron las uñas a Julio César Mondragón.
Lo desollaron vivo a Julio César Mondragón.
Pero desde las cuencas vacías de sus ojos todavía nos sigue mirando Julio César Mondragón.
Chilango, desde los ojos de tu hija, también nos seguirá mirando para siempre.
Julio César Mondragón tu calavera sangra todavía.
En medio de ese dolor, el abuelo de Julio César mojaba una flor en agua bendita e iba salpicando la fosa de su nieto.
¿Pretenden sembrar terror con esta muerte?
Sevicia se llama a esta extrema y excesiva crueldad.
A lo despiadado para infundir miedo. Para silenciar.
¿Qué si no fueron la cabeza de Misael Hernández o de Marino López, decapitados, y sus cabezas rodando en una cancha de fútbol absurda y demencial?
La droga y el poder político avanzan como una mancha voraz sobre México. Lo pone de rodillas. Lo viola. Avanza y no se detiene.
Se extiende como un pájaro negro sobre América latina.
Tengo dolor ¿Acaso puedo tener otra cosa?
Sí.
Puedo exigir Justicia.
Gritar a cuatro vientos la responsabilidad del Estado.. Golpear puertas.
Abrir el corazón.
Preguntar ¿Dónde están?
Abel García Hernández
Abelardo Vázquez Peniten
Adán Abrajan de la Cruz
Alexander Mora Venancio
Antonio Santana Maestro
Benjamín Ascencio Bautista
Bernardo Flores Alcaraz
Carlos Iván Ramírez Villarreal
Carlos Lorenzo Hernández Muñoz
César Manuel González Hernández
Christian Alfonso Rodríguez Telumbre
Christian Tomas Colon Garnica
Cutberto Ortiz Ramos
Dorian González Parral
Emiliano Alen Gaspar de la Cruz.
Everardo Rodríguez Bello
Felipe Arnulfo Rosas
Giovanni Galindes Guerrero
Israel Caballero Sánchez
Israel Jacinto Lugardo
Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa
Jonas Trujillo González
Jorge Álvarez Nava
Jorge Aníbal Cruz Mendoza
Jorge Antonio Tizapa Legideño
Jorge Luis González Parral
José Ángel Campos Cantor
José Ángel Navarrete González
José Eduardo Bartolo Tlatempa
José Luis Luna Torres
Jhosivani Guerrero de la Cruz
Julio César López Patolzin
Leonel Castro Abarca
Luis Ángel Abarca Carrillo
Luis Ángel Francisco Arzola
Magdaleno Rubén Lauro Villegas
Marcial Pablo Baranda
Marco Antonio Gómez Molina
Martín Getsemany Sánchez García
Mauricio Ortega Valerio
Miguel Ángel Hernández Martínez
Miguel Ángel Mendoza Zacarías
Saúl Bruno García
En cada uno de ellos se arrodilla la vida.
En cada uno de ellos, un dios de carne y hueso pide perdón, igual que yo.
LAURA
VILLANUEVA MORALES
(México
DF-México)
MÉXICO
La
bruma cubre a mi pueblo
las
ánimas, se animan a salir
silva
el viento los misterios
de
asesinatos ,ocurridos en mi país.
El
hedor putrefacto de la tierra,
a
confesado la verdad que se ocultaba
Lámparas,
piedras, picos y palas
sirvientes
leales de la esperanza
que
no quiere llegar a su fin.
La
voz lastimera,del padre
la
fe que no mengua, de la madre
y
las plegarias al unísono, desde la raíz.
Se
unen continentes, países, mucha gente
indignados,
dolidos, por el Presidente
que
en México impera, sin quererse ir.
LEANDRO
MANUEL CALLE
(Córdoba-Argentina)
Ellos
castran la palabra
y
qué vamos hacer con una palabra mutilada
una
palabra que no tiene
manera
de agarrarse a la tierra
palabra
sin esperma
vacía
como un huevo vacío
cáscara
No
se puede hacer nada
con
la palabra castrada
pero
se puede crear otra palabra
una
palabra fecunda y plena
como
la palabra árbol
y
plantarla en el centro de la vida.
LILÍ
MUÑOZ
(Neuquén-Argentina)
43 AYOTZINAPA
De
pasionarias cobres y azuleas, de cuchicheo de pájaro en
concierto, nuestros cuerpos se nutren.
Nombres
huellean las piedras, florecen en la urgencia, saborean mansedumbre del verdeo,
exilian los arroyos, marcan América.
Espuma
es apenas la memoria, una brizna en el canasto que tejimos, hilito
de canción, tapiz de alas.
43 Ayotzinapa. Viajeros sin
olvidos, magistrales maestr@s en humildad y riesgos ¿cuáles acentos entre sal y
humedales tendrán para decirnos?
Su
paso tenue, espíritu nos llega y es mixtura en olores del alma
arrebatada. Apalabrar poemas, amasar más palabras, cordel que une noche y
alborada, maraña de fogatas en racimos inciertos.
Ni
remolinos ni presagios, viv@s, que en la vida amanezcan.
EN
EL MURO
En
el muro se enmuran los lamentos
amurados
desgarran
los
tatuajes
grafitan
pieles
secan márgenes
riberas
marejadas
tan
lejos todo
tan
nosotros.
Mudo
cemental
muro
cerrojo
mural
de nuncas
rotula
la dientuda
pesa-almas
en cripta
Palestina Judea
enmurallada.
(Roldanillo-Colombia)
FRANJA
DE GAZA
Agnus
Dei qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona nobis pacem.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona nobis pacem.
Corderos…,
Aladinos abandonados de Dios,
desterrados, acorralados contra el mar por la ambición del mundo.
¿Tendremos piedad de vosotros?
Corderillos sin Alá y sin Jehová que los proteja,
desangrados sobre la arena por el pecado del mundo.
¿Tendremos al fin misericordia de vosotros?
Palestina sin Tierra Prometida,
bombardeada, invadida, exterminada,
asesinada por la violencia genocida.
¿Tendremos al fin justicia y amor para vosotros?
¿O seguiremos ignorantes, indiferentes, impíos, inmisericordes?
Busco tu pequeñísimo mapa y tu larga historia dolorosa.
Gazatíes bloqueados por las grandes potencias del mundo.
Sin luz, sin alimentos, sin agua…
Atacados por los dueños de la luz, los alimentos y el agua…
(“Pelea de tigre estando el burro amarrado”, decía mi abuela).
¿Y qué haremos por ti,
es decir, por nosotros,
para que la vergüenza nos conmueva
y elevemos un grito solidario que frene la masacre
de tu millón sobreviviente
y elevemos un grito por tus madres
con hijos cercenados en los brazos?
desterrados, acorralados contra el mar por la ambición del mundo.
¿Tendremos piedad de vosotros?
Corderillos sin Alá y sin Jehová que los proteja,
desangrados sobre la arena por el pecado del mundo.
¿Tendremos al fin misericordia de vosotros?
Palestina sin Tierra Prometida,
bombardeada, invadida, exterminada,
asesinada por la violencia genocida.
¿Tendremos al fin justicia y amor para vosotros?
¿O seguiremos ignorantes, indiferentes, impíos, inmisericordes?
Busco tu pequeñísimo mapa y tu larga historia dolorosa.
Gazatíes bloqueados por las grandes potencias del mundo.
Sin luz, sin alimentos, sin agua…
Atacados por los dueños de la luz, los alimentos y el agua…
(“Pelea de tigre estando el burro amarrado”, decía mi abuela).
¿Y qué haremos por ti,
es decir, por nosotros,
para que la vergüenza nos conmueva
y elevemos un grito solidario que frene la masacre
de tu millón sobreviviente
y elevemos un grito por tus madres
con hijos cercenados en los brazos?
MARÍA
ELENA SOLÓRZANO
(Ciudad
Delicias-Chihuahua-México)
TINTA
EN SANGRE
Tinta
en sangre la bandera de la paz.
Entierran
ramilletes de manos cercenadas,
ramilletes
de piernas sin dueño.
¡Señor,
por qué los has abandonado!
Tinta
en sangre la paloma de la paz.
Por
tu cielo no cruzan torcacitas
llevando
en su pico la flor de la concordia.
En
tu cielo no esplende el arco iris
de
los buenos deseos.
¡Señor,
por qué los has abandonado!
Atraviesa
tu firmamento
la
pirotecnia mortal de los misiles
y
los niños miran arrobados
esa
feria de rojos resplandores,
sin
saber que su luz anuncia muerte.
¡Señor,
por qué los has abandonado!
La
madre clama por el hijo
con
tinieblas en los ojos,
ya
no mirará los crepúsculos dorados
ni
el cobalto del mar al medio día,
solo
aspirará el perfume de los muertos
¡Señor,
por qué los has abandonado!
La
madre llora por la hija calcinada,
a
su casa entraron
las
lenguas de la lumbre,
ella
se convirtió en antorcha.
El
esposo llora por su amante
que
muere con un hijo en las entrañas.
¡Señor,
por qué los has abandonado!
Los
hijos ya sin padres
deambulan
en esa eterna noche,
buscan
en los escombros
Indicios
de vida, los lamentos
y
tendrán solo un zapato del padre
como
insólito recuerdo…
¡Señor,
por qué los has abandonado!
Pero
todavía se yergue la esperanza,
todavía
aparece el sol tras la montaña
derramando
sus carmines.
Todavía
hay hombres que repudian
las
guerras fratricidas,
la
violencia en la mirada, lengua y mano.
Todos
queremos ver
ondear
la bandera de la paz
alba
y limpia en todas las naciones.
NO
QUIERO VIVIR
Ya
no quiero vivir,
mi
hijo se fue al reino de las sombras,
al
lugar sin retorno,
al
lugar de los descarnados,
al
lugar donde las almas
en
calina se convierten.
Hijo
mío sin ti la tierra es fría.
Quiero
que una granada
explote
entre mis manos,
quiero
que una granada
destruya
mis entrañas
y
este dolor que me aniquila.
Ni
siquiera tuve tu cadáver,
para
llorar sobre tu tumba.
Ni
siquiera besar pude tus fríos labios.
A
mi pecho que lleguen los misiles
y
conviertan mis huesos en esquirlas;
lo
buscaré, ese será el camino
que
me llevará a ti, mi amado hijo…MARISOL CABRERA SOSA
(La
Floresta-Canelones-Uruguay)
Para
“el ser más completo de nuestra tierra” J.P.Sartre
No
conocí al tigre
ni
la tierra de ese bosque africano
quise
saludarte
y
encontrar algún rastro de humedad.
Pude
recordar sí, el viento activista
las
banderas
las
canciones
la
calle llena de esperanza
en
esos tiempos
no
cotizaban las encuestas
ni
por asomo las rosas volvían
de
los aniversarios.
No
conocí la boina
ni
la tierra de tu voz
supe
sí de tus discrepancias con los imperios
ganadores
de la mitad de la mitad
de
tus deseos de romper murallas
trepar
verdes y proponer, siempre proponer
en
esos tiempos
no
cotizaban las estadísticas
ni
por asomo las rosas volvían
de
los aniversarios.
Hoy
en la mirada de tantos
te
reconozco en la ternura.
Se
escapa el corazón hermano
la
mano busca con desesperación
la
siembra de vocales y consonantes
en
la tierra masacrada.
Se
escapa la serpiente emplumada
bestias,
aves, excremento
pie
asesino en Ayotzinapa
una
vez, otra vez, siempre el puñal
enmudece
el despertar
aviva
el dolor en el día de todos los santos
“vivos
se los llevaron, vivos los queremos”
la
urgencia
atraganta
las cuencas vacías
desollar
la esperanza
no
quiero consejos, déjame ser
que
se me duerme el nombre
¿qué
voy a hacer dios impasible?
No
me contestas, dios impasible
los
sacrificios suman sangre milenaria
sedimento
atroz
¿cuáles
son las grandes horas?
¿
los grandes funerales?
Las
madres lloran y esperan
Guerrero
sin guerreros
rosario
púrpura
las
cruces multiplican
y
en los corazones
las
operaciones militares dividen.
La
tierra arde
y
el libro de las horas
se
quedó marcando
el
número cuarenta y tres.
¿
para qué seguir preguntando, dios impasible?
El
pelo, las manos, los ojos de los 43
esperan
crecer y nacer
las
flores y cirios se amontonan
aromas
y luces se desangran
por
acá puteamos por el México indeseado
clamamos
por una revolución
que
incendie América
arrastre
todo el excremento
malditos
ladrones de la esperanza campesina
tan
honda la herida
tanta
rabia, tanto dolor
nunca
es tarde: “vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
NECHI
DORADO
(Ciudad
Autónoma de Buenos Aires-Argentina)
LA
FURIA DEL ODIO
Despertó
el Cancerbero
-que
en realidad nunca anduvo muy dormido-.
Al
sacudir su cabeza,
desparramó
su baba purulenta
contaminando
más allá de sus fronteras.
Cuando
Caribdis dio la orden
bien
precisa, ¡bien de mierda!:
“Quiero
almas que ardan
ardor
eterno, incineradas, chamuscadas entre barro,
olivo,
acacia, ciprés,
granado,
higuera”.
¡Quiero
que ardan las almas,
en
su propia tierra! Gritó la bestia
y
el odio dibujó desalmado su mejor sonrisa.
Y
se cambió la historia, se volvió calco de otra historia.
El
invasor hostil que un día fuera mártir,
Se
convirtió en caníbal
de
su propia raza, de su propia estirpe,
de
su propia sangre.
¡Presencia
el mundo tamaña delincuencia!
Yacen
los cuerpos siendo
un
revoltijo de arterias, venas,
huesos
rotos, dolor, nudos, torturas.
Espuma,
odio, blanco móvil,
llanto
y espera.
Salpican
la Mafghoussa,
Musakhkhan,
la Mujaddara
con
fluidos del cuerpo
de
su propia hermana.
¡Tanto
el horror y tanta la desgracia
Programada!
Es
Palestina la víctima,
el
Maldito Sionismo, es su verdugo,
cuenta
con aliados en oriente y occidente
y
un silencio cómplice que rompe
las
entrañas más profundas de la tierra.
El
mundo sigue su giro enloquecido,
¡Si
es para no creer tanta locura brutal
Que
estamos viendo!
¡Maldita
guerra, malditos asesinos!
AY
PALESTINA…
Pobre
el poeta que no llega a condolerse,
ni
levanta su voz frente al espanto
de
la muerte,
¿puede
un artista refugiarse en el mutismo
sin
convertirse en una burda caricatura del ausente?
¿Cuál
es la zona fronteriza que separa
al
cómplice brutal
del
indolente?
¿Y
DESPUÉS?
A
bombazo limpio!
Enmugrecido
nada más que por la sangre
que
quedará regada en el recuerdo.
Como
acopiadores de semillas de la muerte
giran
haciendo germinar brotes de odio
ante
los ojos de la tierra desgajada.
Dicen
que son israelíes y es mentira
digamos…
que son escorias, no más,
sin
disimulos.
¡Bestias
inmundas de un infierno inaugurado
por
el sionismo brutal y sus aliados!
¿Y
qué vendrá después?
¿La
martirización de los monstruos?
¿Seguirán
recordando holocaustos propios
mientras
siguen masacrando a los ajenos?
¿O
apoyarán sus traseros en el polvo
que
habrán de masticar
tras
su derrota moral, vuelta vergüenza,
con
un solo trofeo entre sus garras?
¡El
desprecio visceral del mundo entero!
PALESTINA…
El
niño tiene un sol que no calienta,
en
el bolsillo.
Tiene
hambre de un beso
en
su mejilla resecada por el humo.
Y
siente miedo, vierte lágrimas que corren
desbocadas.
El
niño busca respuestas que no llegan
tiene
un hoy
empachado
de estampidas
y
un mañana casi, casi, predecible,
probablemente
ensordecido para siempre
tan
sombrío como su ayer
inicuo.
Más bien digamos directamente
descarnado.
¿Huye
o espera esquivando los días y las horas
en
la maraña de ausencias que lo agobian?
Si
acaso algún creador de pacotilla
se
arrepiente, se conmueve, lo
“perdona”
por andar en esa tierra
“sin
permiso”; con los años
el
niño verá el reciclado
de
su historia.
Y
encontrará a otro niño
que
también tendrá un sol que no calienta
en
el bolsillo.
NORMA
SEGADES-MANIAS
(Santa
Fe-Argentina)
AVISO
CLASIFICADO
Puede ser
pequeñito, /carente de recursos, /con voces de gorriones
desvelados elevando plegarias en mitad del desierto.
Que
nadie lo conozca.
Que
haya sido expatriado / de libros que registran perfiles de memorias / en
las zarzas ardientes.
Que
se muestre cubierto / por jirones de urdimbres como penas. /Que camine
descalzo. / Que no demande altares ni metales preciosos ni sangre en
sacrificio.
Porque debe ser
digno, /porque debe ser íntegro, /porque debe ser justo.
Arbitrar entre
oscuras ambiciones / amparando las últimas palabras de las víctimas, /sumándose
a las lágrimas de los sepultureros.
No
queremos saber de sus trompetas destruyendo los muros / donde la almendra del
futuro aguarda a que terminen / las jornadas del trueno.
No
soportamos, ya, la alevosía / de sus tanques siniestros / desafiados de pie /
osadamente / por la inutilidad de los guijarros / con que intentan los niños
vencer las falsedades de sus treguas.
No
aceptamos misiones arbitrarias / dirigiendo misiles / hacia las geografías
inmoladas donde habita el silencio.
Ha
llegado el final de la paciencia.
Por
eso pretendemos que sea compasivo, / que defienda a los débiles de una muerte a
destajo, / que no oculte bengalas allende los crepúsculos, / ni atesore monedas
recibidas del cómplice, / sin testigo a la vista, / para moler la carne de
otras razas / soterradas a mano entre restos de bombas escritas por sus hijos /
al salir de sus odios / en el atrio del templo.
Que
no permita a nadie detonar proyectiles en racimo /ni devastar
colegios, hospitales, /camuflando de un gris casi ceniza / el rostro que se
ausenta /sin haber conocido más que astillas de vida.
Daños
colaterales de negocios salvajes. / Daños colaterales de un apetito ciego.
Que
no firme más pactos. / Que no funde más guerras. / Que no cobije
ejércitos. / Que no extienda su gracia. / disfrazando de hazaña la
historia de homicidios / avanzando / desde el origen mismo de los tiempos. /
Cuando las tribus eran sólo doce / y la tierra alcanzaba para todos / y el
cielo castigaba con fuegos infernales, / con llovizna de sales radioactivas, /
a los desobedientes.
Nos
urge alguien . / Nos urge.
Alguien
capaz de denunciar serpientes. / De llamar a las cosas por su nombre. / De
levantar la paz como bandera de igualdad y justicia.
Porque
ya no no nos sirve la tríptica crueldad de los antiguos, / las manos con
sus báculos / quebrantando peñascos, / propiciando atropellos, / hendiendo el
viejo cauce de los mares, / esquivando el castigo.
Porque
ya no nos sirve el mundo de los buitres.
Necesitamos
conseguir un dios mucho más manso, / de indulgencias plenarias y un nuevo
misticismo / que no demande sangre o enemigos o las lonjas de tierra que no nos
pertenecen.
Inventarnos
un dios más respetuoso, / para empezar de nuevo.
UN
DICCIONARIO URGENTE
Cuando
vientres / y fauces venenosas / y esa perseverancia pagada por secuaces /
más allá de la mar mediterránea, / permite a tus reptiles arrimarse en silencio
/ al amparo imponente de blindados. / Cuando andan sus orugas / aplastando
orfandades y cegueras. / Y los gritos / no encuentran más refugio / porque
llueve metralla / porque los enemigos resultan demasiados, injustos y letales.
/ Y no quedan milanos defendiendo las crestas / con tanta dignidad, / tanto
coraje.
Cuando
se acerca el odio / husmeando calcañares y arterias palpitantes. / Y millones
de vuelos / desangran en la arena / su martirio ceniza. / Y hay ojos observando
la agonía en vivo y en directo. / Y hay bocas en el mundo reclamando justicia
sin que ninguno escuche. / Y tu lengua prosigue faltando a la verdad, /
rompiendo treguas. / Y el tiempo prometido resulta insuficiente / para asumir
el duelo / para cavar algunas sepulturas / y proteger los restos del ultraje.
Mientras
construyes nidos en la tierra robada. / Mientras condena el cielo tus injurias.
/ Mientras sienten vergüenza de tus actos /los antiguos patriarcas. / Y tus
perversidades, / cargan contra los niños, / contra las muchedumbres desarmadas.
/ Mientras violas derechos al vecino. / Mientras deportas sueños. / Mientras
demueles casas. / Mientras confiscas tierras. / Mientras desobedeces todo
reglamento / refrendado en la historia. / Y tus socios te ofrecen sus colmados
morrales.
Ha
llegado el momento de decirlo.
Es
que al abrir el alba / marcha la humanidad como un espectro / insomne
todavía, / buscando el diccionario capaz de revelarle / el sentido final de un
sustantivo / que tensa sus escrúpulos.
Y
se torna imperioso no aceptar confusiones. / No tolerar que nadie nos perturbe
/ con argumentaciones y estadísticas tan poco respetables.
Entonces
nacen náuseas en el fondo del asco. / Entonces testimonian los cráteres
abiertos, / los desmoronamientos de escombros opresores / engendrando los días
del olvido. / Entonces te denuncian sus párpados cerrados, / desnucados,
golpeados, quebrantados por la dureza de tus proyectiles, / ladrillos que
sucumben a tu paso / o muñones maltrechos / o los puños del hambre.
Y
ante la gravedad de tus rapacidades / los pueblos no comprenden / las razones
que avalan tus arengas.
Porque
la guerra, hebreo, es otra cosa. / Un conflicto zanjado a pura muerte. / Se
necesitan siempre dos ejércitos / desafiándose en campos de batalla. / Y aquí /
no hay hueste alguna / que se oponga a tu arbitrio.
Es
cierto que vanguardias extraviadas en las escaramuzas del azufre / suelen
parapetarse detrás de otras doctrinas / a disparar sentencias tutelares. / Es
verdad que algún brazo / fundamental y armado / cada tanto se toma su revancha.
Pero
debes saber que tus proezas / socavan el portal de la esperanza.
Los
civiles son seres indefensos. / Los civiles no luchan. / No pueden hostigarte.
/ Tan sólo son guarismos en torpes inventarios. / Cifras en un tablero. / Y una
búsqueda urgente de palabras.
Esta
injusticia absurda no alcanza la estatura de una guerra. / ¿Guijarros frente a
tanques?
DAÑOS
COLATERALES.
Damas
y caballeros de la fe inclaudicable /¿Qué voces hacen falta para decir la
muerte?/¿cómo cantar angustia en el idioma universal del hambre, / es decir el
despojo, es decir la avaricia, / es decir la codicia por las tierras ajenas.
Dile
al dios poderoso, / con su dinero verde e idénticas mentiras, / de la
incredulidad, la desconfianza y hasta el escepticismo / de aquellos que creímos
las torpes invenciones / de su ardor en la zarza, / de sus montes ardiendo, /
de sus trompetas contra las murallas, / de pestes y matanzas en Egipto, / de
los mares abriéndose al paso de su pueblo.
Porque
es el mismo dios en quién confían los niños palestinos.
El
mismo a quien le ruegan en sus noches heladas.
El
mismo que les niega una vida posible /cuando su escuela vuela en mil pedazos /
o el hospital se incendia bajo un silencio injusto.
Pues
el chacal suspende su marcha entre las sombras / ventea entre las grietas esos
vapores de putrefacciones /con que la muerte entrega sus baluartes / a las
lenguas del viento.
Y
hay huesos amputados por la furia. / Y hay carne profanada al borde mismo de la
medianoche. / Donde expiran plegarias y el llanto se deshoja /como los
sicomoros,/ como los tamarindos / ante el constante detonar de ráfagas / y
metrallas, misiles, bombas de racimo,
Ante
voracidades impuestas en reclamo por historias rayanas en leyendas / oculta el
uniforme de sus ferocidades. / Repite de memoria la herencia de artimañas que
aprendió en las barracas / cuando el mundo enemigo y los trenes cumplían
sin condena / su cuota de holocausto.
Detrás
de hipocresías infamantes. / De la traición taimada y alevosa. / De obtener su
jornada subsiguiente / a pura delación, pura deshonra/ entregando su sangre /
como salvoconducto. / De aferrarse al espectro de la supervivencia / a costa de
un brutal padecimiento.
Detrás
de simulacros y bajezas. / De miradas vencidas, pisoteadas. / De las
degradaciones más abyectas y otras hipocresías que no vienen al caso. / Calza
sobre la historia el sayal amarillo de sus rapacidades. / Y toda vejación
impuesta a sus ancestros.
Mientras
los edificios exponen picaduras / y un olor nauseabundo emerge de las caries /
cuando se extiende el límite del grito / sin emitir discursos ni oraciones.
Mientras
perfila ausencias el paisaje / porque algarrobales y milanos marcharon al
destierro / hacia el duro horizonte donde la honestidad de las higueras /
multiplicó en los frutos esa dulzura terminal y absurda / que estalla en las
papilas gustativas / apacible, pulposa, complaciente.
El
chacal de mirada escurridiza /se oculta en el desierto / alterna con siluetas
de aves devoradores de carroña / buitres, aguilas calvas, gavilanes.
Con
picos poderosos, con garras eficaces, con reclamos urgentes.
Cambiaron
la memoria de sus niños / por la agonía de inocencias nuevas. / Daños
colaterales de todas las batallas / que se libran al borde de la vida./Mientras
los cuerpos saltan en pedazos. / En tanto la locura puede decapitarlos. / Y las
razones suenan a mentira / a falsificaciones / a invenciones / sin que la
humanidad se haga palabra / para decirlo todo / para hacerlo denuncia /para
asumir la voz de las infancias que mueren por los ojos, por la sangre, por las
piernas que faltan / bebiéndose la muerte a borbotones / con los padres
aullando tanta desesperanza.
EL
ECO DE SUS NOMBRES
(Ayotzinapa)
(Ayotzinapa)
Alguien
grita los nombres a la hondura, cuando el silencio vuelca sus pisadas señalando
la senda del regreso.
Otros
rastrean sus anonimatos yacentes en la mugre, en fosas donde reinan extravíos,
en rostros desollados y oquedades vacías.
Diciendo:
no eres nadie, no eres nada.
Las
vigilias de pie se vuelven mármol en cada coordenada de cada desmemoria. Franquean
las fronteras de viejas corrupciones.
Porfían.
Perseveran.
Se
obsesionan en visibilizar esta masacre para los hombres ciegos.
Sus
candelas de fuego permanecen atentas.
Buscan
sus sepulturas en rincones sin cruces ni señales.
Turbados.
Confundidos. Eclipsados. A tientas.
No
llevan talismanes que los salven.
No
hay un salvoconducto resguardando sus marchas entre bolsas oscuras y maizales
ajenos.
Porque
todo es inútil.
No
hay respuesta a la palabra aquella que ejecutó el bautismo desde los duros
vientres campesinos dadores de la vida y de los sueños.
Resistentes
a cualquier embestida de la desesperanza.
Llorando
su tormento sin una sola lágrima.
Caminando
el dolor sobre la tierra.
PATRICIA
DAJRUCH
(Córdoba-Argentina)
LA
CASA DE AMÍN
Sobre
la casa de Amin
cayó
una bomba
su
casa destruyó,
sobre
la casa de Amín
cayó
una bomba y a su madre mató
—dicen
que fue un error—
Sobre
la casa de Amín
cayó
una bomba su pequeña
biblioteca
rompió
volaron
mil hojas
mil
hojas de amor.
Sobre
la casa de Amín
cayó
una bomba
su
hermano al ejército se alistó
mató
al enemigo
—dicen
que no fue un error—
Sobre
la casa de Amín
cayó
una bomba
a
sus piernas cercenó
murieron
todos su sueños
¿y
esto también fue un error?
PEDRO
SALVADOR ALE
(Toluca
de Lerdo-México)
I
LA
POESÍA Y LA JUSTICIA
La
justicia carece de luz,
sale
el sol para la poesía, el hombre, la mujer que sueña,
la
justicia es un desierto, en el que los obedientes siembran
mentiras;
la
justicia es para el poder, la poesía es para los jóvenes,
la
justicia es para el cura, el militar, el inversionista,
a
ellos los mira, los palpa, los reconoce, para ellos trabaja,
la
justicia;
la
justicia lo explica, es justicia para unos, miseria para los
más,
la poesía es para todos;
la
justicia dicen sus administradores no es el bien ni el mal,
la
justicia es para los crímenes castigados a conveniencia,
la
justicia es venga mañana,
los
diarios, los noticieros, aseveran que la justicia es
nuestro
destino, que la justicia es el poder establecido,
la
poesía dice que la justicia ha muerto;
el
pueblo violento, desangrándose,
responde,
la justicia somos nosotros;
la
poesía no sabe no lo que es la justicia,
sólo
sabe lo que no es la justicia,
y
no sé quién sepa más, lo que sí es que la gente sabe
que
no hay justicia,
a
golpes o disparos no hay justicia,
o
sea que de un modo u otro existe la justicia,
por
su ausencia todos lo saben y si esto es absurdo,
identificar
la aplicación de la ley,
la
justicia con la poesía
que
no hace diferencia con los hombres,
a
todos les canta, a todos los ama,
no
puedo señalar que la justicia existe
y
no debemos dejar de conocerla o abandonar nuestra
resistencia
por
la simple desidia;
ahora
puedo decir que existe
cierta
coincidencia,
la
poesía es el amor;
la
justicia no sabemos dónde está ni como es, no la podemos
dominar
ni conocer ni implantar,
esa
justicia que nos hace luchar , justicia que sólo en el amor
cumplimos
a carta cabal, como la poesía.
II
LUCES
DE FURIA
No
derrumben sus luces de furia los caballos de la sangre
por
la dulce piel no vuelen cenizas sino gritos
hay
mucho que andar por las voces todavía
no
flaqueen ya lejos quedó la cueva de fatiga
las
sombras duras que ataban los tobillos
la
muerte quiere cerrar el paso con mil gorilas
sólo
llevas un camino el de la poesía su valiente paciencia
quema
el hambre los fríos de más adentro
los
pájaros del tiempo cruzan este cielo piden justicia
nacen
de las destrucciones como besos redondos panes
valientes
paciencias caballos al galope por el filo de las balas
en
la calle de las certezas en la piedra de los sueños
en
el amor que reúne sus voces contra los asesinos de la luz
valientes
paciencias en sus ternuras furiosas por justicia
relampagueantes
por las palabras valientes paciencias desbocadas
no
doblen las manos ni el pulmón ni las rodillas de los caballos
por
la sangre
ardan
paciencias valientes desde los huesos hermanos inventen
galopes
la dignidad no frene su antiguo corazón sus mieles
su
cielo abierto sea carrera por su cuchillo por su sangre no se
cansen
caballos habrá justicia con estos galopes caerán las máscaras
el
siempre solo no será más solo andará con muchos que galopan
III
LOS
MAESTROS INDIOS
Los
maestros indios salen de estas tierras con su infierno
sin
actuación ni olvidos ni culpas
por
su mundo de maravillar pelean contra ciegos asesinos
que
sólo ven el oro por el cuál tanto error
a
pesar de las profecías del poder
los
maestros indios son guerreros de gran alma
sufren
su salud ante los disparos del odio de la codicia de la usura
así
los busca la maldita bala bajo el cielo de Ayotzinapa
como
a pájaros inciertos
no
quieren ser esclavos de ese poder
por
eso no mueren sus conciencias
esconden
y reparten sus voces en hogueras de estrellas
las
máscaras caen por expansión de bruta muerte
sólo
función de disfraces agrada al hombre sin razón
mas
la ceiba de la dignidad es venidera por sus raíces
es
de ver ahora sus voces sorpresivas en la urbe
es
de oír sus voces sus huesos sus troncos resplandecer
en
asambleas de valientes impaciencias
es
de sentir qué ancho es el óxido de los miserables
que
ignoran la pobreza
los
maestros indios salen de las indias este mundo
remontando
sus cráneos sabios sus pies de barro
sus
manos ígneas de labor
a
morir por el saber con sus disparos de tiza
a
morir de niños calzados en sus ancestros
se
enfrentan a los ciegos del oro los reyes del número
los
miserables asesinos del maíz sin corazón
RON
RIDDELL
(Wellington-Nueva
Zelanda)
EL
SILENCIO
Para
los estudiantes normalistas de Ayotzinapa
El
silencio tiene una voz
tiene
un respiro
tiene
esperanza
el
silencio tiene suplicas
respuestas
y lágrimas secas
de
almas vacías
el
silencio tiene calles
llenas
de gente que va hombro a hombro
en
el espíritu invencible
el
silencio tiene las voces de la tierra
de
vivos y muertos
tiene
los frutos de la tierra
y
los cantos de la luna
tiene
la fuerza y energía
de
los ángeles respirando
de
seres bebiendo sangre:
el
agua en su silencio -
lagunas
de las lágrimas blancas
y
familias desgarradas -
el
silencio en la lluvia
del
sol en su tristeza
de
sus estrellas fugaces
en
las alturas desvistiendo la oscuridad
el
silencio en su hermandad
maestros,
campesinos y obreros
el
silencio tiene las manos blancas de los muertos
de
los desaparecidos que brillan en la oscuridad
la
oscuridad de las palabras
de
príncipes de plata
los
generales detrás de las cortinas de humo
el
silencio es el espejo de los rostros de la calle
y
de los rostros detrás de los rostros
los
fantasmas que danzan todavía
en
los fuegos de la noche
en
las fiestas de los muertos
el
silencio respeta los muertos que duermen
en
dignidad y libertad
los
que pudieron liberar sus cadenas
del
ruido de la locura:
tiene
la poesía de la inocencia y la juventud
tiene
las voces que vuelven a recordarnos
que
nada es imposible
ninguna
lucha es insoportable
en
los vínculos entre los vivos y los muertos
las
manos que pueden alejar y juntar
las
manos de los desaparecidos
los
desaparecidos de la luz y de la oscuridad.
El
silencio puede ver, escuchar y entregarnos la voz de lo humano
de
nuevo
de nuevo
otra
luz
otra esperanza.
Traducción de Saray Torres
SANDRA
GUDIÑO
(Santa
Fe-Argentina)
ECO
A
los niños de Gaza
que
ya no están.
Un ruiseñor canta
en eco helado del alba.
Único eco
cuando un niño muere
en brazos del ángel
equivocado
con la medalla del absurdo
colgada al pecho
y en los labios resecos
el himno de la paz.
La tierra lo recibe
a corazón abierto
como a un héroe
robado a la vida
y escupe lava
para soportar
tanta violencia.
Un silencio sin mordaza
se escurre hacia adentro
después de beberse
todo lo llorado.
¡Oh! Turba exhausta
sin nada en las manos
concédeme el consuelo
concédeme el consuelo
concédeme
el consuelo.
SILVIA
DELGADO FUENTES
(Sopelana-Bilbao-Euskal
Herría)
¿DÓNDE?
¿Dónde
cubrieron sus nombres con tierra y ceniza?
¿Adónde
llevaron sus huesos o sus vidas?
¿En
qué lugar enterraron tantos mañanas,
tantos
sueños y rebeldías,
tantos?
¿Dónde
están sus huellas?
¿Dónde
está el clamor del mundo partiendo en dos cada día que pasa, cada día?,
¿Partiendo
en dos ese silencio espeso que se clava en un país con desaparecidos?
¿Dónde
están, dónde?
¿Dónde
los asesinos?
¿Dónde
los dedos que apretaron los gatillos?,
¿Dónde
los dedos que encendieron el fuego que abrasó tantas semillas?
¿Dónde
están, en qué parte?
Decidlo,
verdugos,
Decidlo,
decidlo,
decidlo.
NO
TENGO SITIO
Ni
siquiera puedo secar vuestro llanto,
mis
manos no alcanzan,
no
son nada,
apenas
un instrumento que me ayuda a deletrear la infamia.
Ni
siquiera puedo imaginar qué sienten los jóvenes en esta hora larga,
en
este largo invierno,
en
este largo instante
en
el que aún los cuerpos no tienen descanso.
Ni
siquiera puedo pensar en tanto espanto,
no
me cabe,
no
tengo sitio para tanta barbarie galopando sobre tantos,
tantos
huesos.
No
tengo sitio para tanto pueblo sepultado hoy,
ahora
mismo.
NO
ES UN GENOCIDIO
No
es un genocidio,
No
existe la palabra que explique tanto horror clavado en una patria.
La
muerte está presente a todas horas pero no importa. Son cadáveres que sobran.
Quieren
esa tierra a pesar de su historia.
La
quieren como sea, con cráneos de niños, con cuerpos mutilados, sin
pájaros, sin vida.
La
quieren afeitada.
La
quieren sin primaveras.
La
quieren, eso es todo.
¿Cómo
no odiar a los que disparan?
¿Cómo
no odiar su bandera y las banderas que la respaldan,
la
demencia cómplice de los que pudiendo hablar se callan,
la
indiferencia de los que no miran la sangre
que
revienta y se derrama?
¿Cómo
no odiar este instante tan amargo en el que se llora
y
se llora
sobre
cientos de sudarios blancos
mientras
no muy lejos brindan cada día
por
el éxito de una cacería infame
donde
hombres y mujeres a medio parir
dan
caza a un pueblo herido que por no poder
no
puede ni proteger a sus hijos del a lluvia de plomo,
de
la ira?
EL
CRIMEN
¿Cuál
es el crimen de los niños?
¿Qué
hicieron para estar enjaulados?
¿Jugar
entre escombros es delito?
¿Comer
de las sobras es delito?
¿Reír
a pesar del plomo y la metralla?
¿Qué
delito hace un niño,
qué
dolor, qué infamia?
¿Qué
puede hacer un niño para ser una amenaza?
¿Encarcelarán
a los bebés por gritar a deshora?
¿Fusilarán
a las embarazadas porque en sus vientres crecen vidas?
¿Castrarán
a los hombres,
prohibirán
engendrar como medida preventiva?
¿Matarán
a quien ame con urgencia?
¿A
quién tenga sexo en esa tierra podrida de violencia?
¿Cuál
es el crimen?
¿Jugar
con el tirachinas a derribar tanques,
a
derribar drones,
a
derribar a la soldadesca que va armada hasta los dientes?
¿Cuál
es el crimen, tirar piedras a quienes tienen todas las balas?
La estrella azul está podrida, huele a holocausto y a mierda,
es
la excusa perfecta para dar vía libre a la barbarie.
LA NO- CANCIÓN DE LOS ESTUDIANTES.
No
canto no.
Sólo
escribo
para
recordar que ya no seréis cantores,
que vuestra
garganta no podrá decirnos cuanto duele
ser
joven en medio de las barbarie,
en
mitad de ese desierto de impunidad donde hay demasiados cadáveres.
No
canto, no.
No
se puede cantar en la hora delos crímenes.
Nada.
No
canto.
No
puedo hacerlo,
se
pudren mis labios
si
hago canción
del
espanto.
SONIA
RABINOVICH
(Córdoba-Argentina)
Cuidado
poetas, no canten a los pájaros negros
que
despliegan sus alas en aquellos cielos.
No
son bandadas que emigran.
Artistas,
no pinten el óleo negro sobre los mares
ni
sobre las aves o los peces
para
hacerlos renacer en cada tela.
No
hay mezcla de colores que imite el de la muerte
No
existe perspectiva para el dibujo de la destrucción
ni
pincel capaz de asemejarse a la inconciencia brutal.
No
habrá pincel ni pluma que pueda reflejar la estupidez
que
pasará a la historia
como
el principal atributo de la especie.
Cuidado
poetas, no hay metáforas-
PERO
ESTO NO ERA
¨afuera
está lloviendo en otro idioma ¨
(Jorge
Boccanera)
Este
poema fue soñado.
Un
jazmín extendía sus pétalos
y
absorbía el olor a piel chamuscada.
Era
Londres. Era Madrid. Era Irak.
Era
Tel Aviv. Era Buenos Aires.
El
humo cubría las órbitas vendadas.
Por
las avenidas , falanges sueltas
tocaban
las vidrieras de Tiffany y Cartier
El
planeta azul con su conciencia gris, ennegrecida.
No
hay sonidos.
Celulares
pegados a caras
con
bocas que se mueven.
¿Quién
puede mirar tu ojo
que
tiene una sola lágrima
donde
se refleja el horror?
¿Cuándo
fue mejor?
Había
otros trenes
que
desembocaban en alambres y chimeneas,
aviones
que terminaban en lago al fondo.
Perdón
Mallarmé, ¿Volver a las palabras de qué tribu?
Huí,
dobro, todo adjetivo mata.
La
idea es el invisible
donde
ajustar al hombre, su cama de Procusto,
y
los hombres son azules o verdes o violetas,
tienen
ramas y raíces
y
pájaros que les nacen
cuando
quieren ver más lejos y volver.
Y
qué hago yo aquí
soñando
como Lennon sin bala
desde
este margen, con un poder
que
no le sirve a nadie,
desde
esta palabra que nunca será esclava,
en
este mundo que desde hace cincuenta años
me
perfora el cerebro.
¿Seremos
lamidos por las fieras
en
el bosque de la ambición?
La
Gran Sacerdotisa
no
atina a leer el oráculo.
No
se disipan los fuegos.
Las
cenizas entraron en los ojos de los vivos.
El
jazmín del sueño crece al margen
y
sabe que nunca llegará al lugar del deicidio.
Pero
esto no era
Si
digo, Gianuzzi, solo lo que veo,
muy
cerca, en un plasma a color,
una
lata roja de dos pisos
con
el techo abierto al cielo de la muerte
y
micrófonos que buscan
seres
humanos inexistentes.
Lejos,
imagino y no veo.
Dicen
cincuenta y cinco, dicen heridos
Digo
Primavera Otoño Invierno
otra
vez primamuerte
Una
sola digo y es suficiente
Veo,
veo , Gianuzzi
pero
eso no es el poema.
Soluciones
individuales:
Gauguin
en la playa con las morenas
y
su edén personal
Picasso
transformando amores
en
vaginas dentadas.
Una
caja con una oreja en un prostíbulo
y
un girasol en la tela.
Rimbaud
en África con melena de león
Pessoa
plurificcional, heteroinfeliz,
multisolitario,
uninónimo y final.
Neruda
abrazándose a los mascarones de proa del living
cuando
Matilde se escondía detrás de la pared.
Los
cuerpos se mueven adentro de cánticos de alabanza
Otros
cuerpos se mueven en canchas
donde
un nuevo hoyo es una nueva frontera.
Pero
esto no era
Era
otra cosa, siempre es otra cosa
Siempre
es lo que no se ve
y
es todo tan flor de cactus y arañita
que
desde este margen
te
aprieto la mano
sabiendo
que Bradbury, Wells y Orwell
lo
veían sin pantalla
en
el margen de su imaginación.
Este
poema nunca fue soñado
porque
no es este.
El
dolor te llama en cada idioma,
te
llama por nombres que otros les pusieron.
Silencio,
silencio
este
margen llama a silencio.
SUSANA
LIZZI
(Gualeguaychú-Entre
Ríos)
AYOTZINAPA
Qué
días tristes son
estos
que miran desde mi país al tuyo
con
ojos azorados
y la
mente incrédula.
Retroceso
de la raza humana en este mundo donde
los
jóvenes son aniquilables y sus cuerpos,
trapos
desaparecidos.
¡Cuánto
amargor, Ayotzinapa,
pendiente
de amor donde ruedan
los
desamparados de la justicia!
¿Ahora
quién está al frente de esa nación y se arroga
el
derecho de cometer tragedia?
…Pero
si los que mueren pueden vivir por mucho tiempo,
tienen
el poder de meterse en los rincones
de
imbricar su mente con las mentes del tejido social impoluto,
los
que desaparecen pueden
no
morirse nunca.
Así
que, espera:
hay
un rugido que se alza.
Ninguna
impunidad se queda sin respuesta.
GAZA
Pan
de gritos oscuros
noches
de arena en sangre
de
fuego entre los ojos.
La
humanidad está en reversa.
Lágrimas
no pueden apagar tanta desgracia.
Aquí
y allá manos se ahogan
el
corazón estalla.
Porqué
llueve cenizas en la Franja
¿Porque
la humanidad
tiene
el paso detenido en sus deformidades?
Insensiblemente
bombardean la vida
y
nadie conoce el sentido de esta afrenta