OFRENDAS DOLOROSAS



OFRENDAS DOLOROSAS

aldo luis novelli

misil

hace 100 años había un olivo
en aquella loma
y en su sombra mis abuelos
descansaban de la cosecha.
ayer había una calle
mojada por la lluvia
donde ahora corre agua enrojecida.
hace un instante
había una casa aquí
donde comíamos con mis hermanitos
shashlik con ensalada mutabbal.
ahora hay un inmenso hueco
en este lugar ardiente
lleno de escombros y tierra quemada
tapando para siempre
a mis amados hermanitos.

amigos

afuera hace frío
hace muerte absurda
hace hambre injusta/
allá lejos hace guerra
hace genocidio en Palestina
hace dolor y esclavitud.
amigos debemos reunirnos
y encender un fueguito
para hablar de nosotros
de nuestras historias
más entrañables
cara a cara/ corazón
a corazón es necesario y urgente
hay que salvar al niño
que está muriendo en la calle.



Porque somos un mismo pueblo, una misma lucha, un mismo mañana

ALEJANDRO JUSIM
(La Plata-Buenos Aires-Argentina)

SOLO PALABRAS

Qué hacer cuando la sangre se revela en sangre
y las manos vacías no encuentran ni el como en lo crispado.
El odio se me derrama hasta la carne
hasta en las uñas gastadas de historias abrasivas
me brota el veneno sin saber dónde escupirlo.
No son cuarenta y tres los que me cierran la garganta
no es Ayotzinapa la que me clava el ácido tormento de esta noche
son mares enteros de sollozos,
de alaridos en idiomas que salpican,
de kilómetros de plomo que aún no he tirado.
Ay si mi teclado fuera tan certero como la miseria
si este dedo índice de las palabras
le llegara al asesino pintándole su despedida.

Pero de aquí solo nacen las estrofas de algún canto
y el fuego helado del sicario no se ahoga con vocales
y mi mente camina fulminante por las calles de cenizas
sin mis manos
sin mi cuerpo
sin mi plomo

AMELIA ARELLANO
San Luis-Argentina)

AYOTZINAPA
Exclusivo para “LOS PUÑOS DE LA PALOMA”

Es curiosa la sensación de la quietud.
Una asombrosa historia. El estupor. La nada.
Alucinante Fantasmagórico. Sombrío.
Es difícil pensar tus ojos. Tan umbríos. Tan despedida.
Brilla y baila la ira. La impotencia. La indefensión.
Tragar lágrimas y mocos.
La saña y la violencia se esconden bajo el poncho.
 “Si no estás enojado, es que no estás prestando atención.” 
Y se inclina la balanza hasta el piso.
Pisa. Pasa. Pasa. Pisa.

Y yo aquí. En mis manos un violín mutilado.
Una cuerda de rabia, otra de pena.
Una cachiporra. Un tirso. Una metralla.
Todo vale, hay que callar los libros.
Otra vez, otra vez y una vez más.
Recuerdos. Fluyen. Río apócrifo.
Solo hay dos caminos, dos.
Uno hasta la victoria, otro hasta la infamia.

Duerme mi niño, duerme.
Te cantaré una nana. Es la hora del grillo.
El reloj ya no canta.
ANDONI K. ROS SOLER
(Castilla-La Mancha-España)


TIEMPOS PÉRFIDOS 
A los 43 estudiantes de Ayotzinapa

Damos pasos de gigante para recoger
la Historia de nuestros días;
Memoria que no halla mejores resultados…

Recalculo los tiempos pasados,
y me detengo en sus anales
dejando atrás aquellas tropelías,
porque sin llamar a ninguna puerta
detienen, secuestran y torturan
a otros cuarenta y tres estudiantes.

Empleando su ‘guante blanco’,
Felipe-Calderón, Peña-Nieto, Abeja-Linares
y otros cerdos para acallar el cante,
escondiendo su zarpa de criminales:

De harina abundante llenan la artesa
y a punto también su levadura,
ponen los hornos a temperatura
para cocer con mucho dinero la gran fiesta;
así, exportan a ‘paraísos fiscales’
su ambición y sus cochuras…

¿Nuevo estilo?... Añejos lemas
sin leyes para ‘carteles’ ni empresas,
un enjambre simpar de corruptelas.

…NO, ya no es una antorcha que flamea,
son las llamas que a raudales
incendian la revuelta en los hogares…

Porque en estos tiempos pérfidos,
traficantes, explotadores y criminales genocidas,
siempre fueron distintos canes
que jamás los diferenciaron sus collares.
ARABELLA SALAVERRY
(San José-Costa Rica)

LA FRANJA DE GAZA

Hoy he visto como extraían
a un niño de entre los escombros

He oído voces  en idiomas ajenos
comprendidas desde el dolor y la desgracia
mientras misiles cercanos replican
el sonido que produce la muerte

He visto manos sangrantes cavando un rescate
de un niño de meses escasos cubierto de ignominia
He visto el dolor arrastrándose
desgarrando pieles y tendones
He visto esas sangrantes manos
escarbando de entre piedras y arenas blancas
para devolver la vida un cuerpo diminuto

Los niños no. Por favor los niños no

Porque la inocencia desbordará ríos de odio
Torrentes de venganza
Porque si fuese mi hijo el rescatado
Y aún no siéndolo
vislumbro
la rabia el dolor de pecho a pedazos desmembrado
las lágrimas que se acomodan dentro

Son tan hondas las compuertas por donde mana el odio
que no las cerrarán ni con todas las muertes que junten en sus vidas

VIVIR EN GAZA, MORIR EN GAZA

"Es como ser una sombra de su propio cuerpo; pegado al suelo, imposible liberarse. Te ves a ti mismo tendido pero eres incapaz de llenar esa sombra de vida". Palabras de un adolescente de 17 años prisionero en una cárcel israelí.

Ser una sombra
una sombra que acompaña al cuerpo
una sombra que se arrastra y repta
por el suelo pegajoso
por los charcos de sangre
Ser una sombra que el dolor desborda
acucioso, punzante

Y desde afuera
con mirada aterida te contemplas
mientras el dolor incontenido
traspasa las fronteras de la sombra

Ser el dolor
la ausencia de agua
la ausencia de la vida
la presencia de tanques de escombros
y la muerte

La presencia de los tábanos merodeando tu sombra
La compasión ausente
la humanidad ausente

Ser un país expuesto a la metralla
un país que se desangra vivo
en las venas despedazadas de tus hijos

¿Cómo no llorarte Gaza, con lágrima impotente
hasta que los ojos ardan
en la verde comodidad de mi rutina?

En la ciudad del desierto
trocamos los pájaros

Ahora el cielo oscurece
Su desnuda claridad con los misiles

Ya no hay alas bordeando el horizonte

En la ciudad del desierto
anulamos los pájaros

Sólo un resplandor de plata que encandila
Sólo el ardiente estallido de las bombas
usurpa el espacio destinado al vuelo de  los pájaros

En la ciudad del desierto
con la misma dedicación golosa
sacrificamos pájaros
asesinamos niños y mujeres

Y nos desinfectamos las manos

MUJERES EN LA FRANJA DE GAZA

En Gaza
una mujer y su hija
sobreviven
comiendo de la sangrante hierba
que crece a la orilla
del camino


43   (AYOTZINAPA)

Los vi de niños
en escuelas rurales
iban apuntalando el futuro
de batas blancas
cuadernos, lápices y sueños
bajo el brazo

Conozco su perfil
Hice rondas con ellos
en patios olvidados
aún escucho sus risas
escarchando con destellos plateados
las mañanas

Los vi en sus pupitres
las manos alzadas y la pregunta viva
acuciosos
con ojos de lucero
indagando  por países
por lejanías

Me contaron que serían médicos
ingenieros, maestros
Me contaron que amaban la palabra
y que la compartirían

Me deletrearon vocablos
especialmente algunos que no eran difíciles
pero que decían tanto: pueblo patria esperanza

Sentí su abrazo amigo
Iluminaron algunos momentos míos
y todos los momentos de sus villas
Fui una con ellos
ellos son para siempre con nosotros

Y ahora
ahora resta de esos niños
que luego fueron jóvenes
solo un número

Solo un número que servirá
para identificar la infamia 

ANAMARÍA MAYOL
(Victorica-La Pampa-Argentina)

GAZA

La luna fugitiva de los pájaros
vio como ardía la ciudad
en sangre
descendió sobre el mar
para matar la muerte
No pudo con ella

ESTAS PALABRAS

Estas palabras  se retuercen
se enroscan en las vísceras
forman galaxias
constelaciones de olvidos
impulsan memorias

se desarman
se duelen en las manos
se reinventan

forman cruces serpientes
espirales cuchillos
no alcanzan a explicar el horror
cuando miro el mundo .

DESAPARECIDOS
A los 43 estudiantes en Ayotzinapa

No me deja dormir una palabra
intento en el insomnio
limar sus bordes

acallar sus aullidos
precipitar su esencia a los abismos

pero ella me acuchilla
con sus nombres

se estira  entre los ojos
y los párpados

me  sacude el  estómago
las vísceras
desbocado el corazón galopa

nada
es el olvido ni la niebla
nada
el silencio el grito  frente a ella

no me deja dormir una palabra

desborda como un río mis sentidos

y se transforma en lluvia
y en memoria

CERTEZA

por la memoria viva

Sé que están
debajo del piso
debajo de la piel
de los párpados
de los ojos
de las uñas

detrás de la puerta
detrás de la cortina
de la biblioteca
de la sombra
de las pisadas
de los miedos
de la risa

Sé que están
adentro de la casa
del placar
de la heladera
de las cacerolas
de los utensilios
del estómago
de mis vísceras

entre los libros
entre las cejas
las muecas
las sábanas
la ropa
los olvidos
las cajas

Sé que están
arriba de la cama
de la lengua
de las máscaras
de las escaleras
del sillón
de los pies

en el viento
en los oídos
en la cabeza
en el silencio
en los gritos
en la tristeza
en la memoria

BEATRIZ CECILIA
(México DF-México)

TODOS SOMOS AYOTZINAPA

Hace 43 vidas
que nos están matando
Hace 43 jóvenes
que nos desollaron
Hace 43 verdades 
que despertamos
Hace 43 muertes
que revivimos
Hace 43 mexicanos
somos universales
Hace 43 dolores
nos amputaron el miedo
Hace 43
que estamos unidos
por cientos de miles
retando al silencio.

NADA

No quiero estar presente
cuando la campana de la iglesia llame
a velar otro muerto.
No quiero ver de frente a esas mujeres
que lloran a sus hijos con las cuencas llenas
Cuando se habla de matanza, masacre, exterminio
                                  en mi país,
se sabe que detrás
                   habita una justicia secuestrada y al tiempo, cómplice.

Que la lírica cantará a los amaneceres
                            al perfume del ritual amoroso,
a los buenos augurios que corren con el viento,
                            a los muchos pensamientos puros,
a la armonía que reflejan las estrellas,
                                    a la vida
                                                       al futuro.
Pero las auroras nos sorprenden en charcos de sangre,
el amor se reparte como refugio
                                                   en el consuelo,
la esperanza y los anhelos se mudaron a otras tierras,
la pureza se amputa al primer balbuceo.
Unas luces pardas velan los cadáveres
                                                   a manos del anónimo,
la vida se nos revuelca entre las manos
                    y cada tragedia ostenta un nombre propio.

No tengo corazón para esperar los frescos amaneceres
y los ocasos suman más de cien mil.
                          Pero lo peor de todo, lo peor
es que cuando alguien lea estas líneas
las cifras serán anacrónicas,
familias llorarán
a sus hijos, a sus padres,
decenas de mujeres asesinadas aparecerán en los tabloides.
                         Volverá a tañer la campana
y seguiré aquí
                           muy cerca
                                                   haciendo nada.

CLAUDIA AINCHIL
(Ciudad Autónoma de Buenos Aires-Argentina)

GAZA

Resuena sangre
devora internándose
corren niños despavoridos
pobres niños
observan atónitos
por que? se preguntan
nadie les responde
y caen
sus voces pasan a ser silencio siempre.
La casa humana comienza a derrumbarse
con cada explosión los tratados del alma
son destruidos
el magma sacude
se ensombrece la vida.
Transcurren los días, la televisión segmenta imágenes
en cámara lenta los fuegos no cesan
un mundial de fútbol compartió noticieros
multitudes tras un gol
y muchos corazones dejaron de latir…
el árbol fue perdiendo hojas
en un territorio lejano
plomo volador jugando al ta te ti.
Gaza, ojos que lloran

ojos de la desolación.

FRANK PEREIRA HENNESSEY
(Barranquilla-Colombia)

LLANTO

Lloro por los de GAZA
confinados
por la piel de la tierra,
por el refugio de un viento perdido,
por una rosa de sangre
de vestigios agrestes,
que trazan
la noche de los triángulos.

LOS DE GAZA

Ellos
vienen de la tierra
de los que bifurcan sus paredes,
entre la sangre
y el olvido
como el principio lejano.

Ocultan
una brizna de esperanza,
tatuando el desierto
en sus parpados marchitos,
propagan
la vestidura de los espejismos
en la grieta de una pálida tristeza.

GREGORIO ECHEVERRÍA
(Rosario-Santa Fe-Argentina)

SUBSAHARIANOS

Que es como decir subhombres / como instalarlos
en el confín en el peldaño último / más allá de la nada
hologramas acaso que no piensan ni sienten
ni merecen sino la miscelánea buena para rellenar
esos huecos molestos de la tanda / varios murieron
a bordo del cayuco a pocas millas de su Atlántida
esas motoras expertas en los ceremoniales
de la desesperanza / barcos negreros tanta agua
negra resucitando unas mutilaciones olvidadas.

INGEL LAZARET
(Carmen de Patagones-Buenos Aires-Argentina)

EL NIÑO DE GAZA 

Los aviones atronaron sobre los cielos de Gaza
esparciendo su metralla y explosivos por doquier.
Se vio a la gente correr a esconderse en los refugios.
Los niños y los adultos vieron a muchos caer
y en el suelo perecer con sus cuerpos destruidos.
La sangre formaba un río que circulaba a sus pies.

No hubo tregua ni una vez, ni paz ni bandera blanca,
sólo sórdida arrogancia, que no se puede entender.
Nadie puede ser tan cruel con tanto desprotegido.
Se vio a un pequeño perdido en el campo de la guerra.
Su madre, herida, lo espera entre los cuerpos tendidos.

Decidido corre el niño y sin siquiera alcanzarla,
con una bala en su espalda, se vio caer al chiquillo.



JUAN SASTURAIN
(Ciudad Autónoma de Buenos Aires-Argentina)

AYOTZINAPA

Desde Guadalajara

Dónde estarán, pregunta la dolida
multitud, por los cuarenta y tres
que vivos se llevaron una vez
y que habrán de volver con alma y vida.
Quién los llevó, dice la distraída
retórica del mundo del revés,
como si no supiera lo que es
política de Estado conocida.
Por qué será, qué son esos excesos,
se extraña la prensa acostumbrada
a no opinar pero a medrar con esos
gestos vacíos que no dicen nada.
Para saber, tendrán que hablar los huesos
como en los viejos grabados de Posada.

HUGO FRANCISCO RIVELLA
(Rosario de la Frontera-Salta-Argentina)

AYOTZINAPA

TENGO DOLOR ¿ACASO PUEDO TENER OTRA COSA?

Tengo dolor ¿Acaso puedo tener otra cosa?
Sí.
Puedo tener la luz quebrada, y a mi sombra, como un espejismo de mi cuerpo, deambular entre los nombres de los 43 normalistas que me llaman desde el lugar en que están.
Sí.
Puedo buscar entre las decenas de fosas clandestinas otros nombres, otras muertes, otros ojos, otros cuerpos. A la distancia, México, parece una tumba sin fondo.
Y desde aquí, también, el eco de los 30.000 mil desaparecidos susurran justicia.
Tengo dolor ¿Acaso puedo tener otra cosa?
Sí.
Porque debo hacer algo.
Un cartel. Un poema. Una rosa en la muerte. Un puño. Una daga en el ojo del político.
Ayotzinapa es el centro del mundo o debiera serlo.
¿Cómo salir a la calle por estos días sin pensar en las madres que buscan a sus hijos a tientas, en la penumbra? Digo, en la penumbra, que desde el poder instalan para que nada pueda verse, o que se vea sea tan solamente muñones de una realidad donde pareciera que todo está bien
Los asesinos de Guerreros Unidos le sacaron los ojos a Julio César Mondragón.
Le sacaron las uñas a Julio César Mondragón.
Lo desollaron vivo a Julio César Mondragón.
Pero desde las cuencas vacías de sus ojos todavía nos sigue mirando Julio César Mondragón.
Chilango, desde los ojos de tu hija, también nos seguirá mirando para siempre.
Julio César Mondragón tu calavera sangra todavía.
En medio de ese dolor, el abuelo de Julio César mojaba una flor en agua bendita e iba salpicando la fosa de su nieto.
¿Pretenden sembrar terror con esta muerte?
Sevicia se llama a esta extrema y excesiva crueldad.
A lo despiadado para infundir miedo. Para silenciar.
¿Qué si no fueron la cabeza de Misael Hernández o de Marino López, decapitados, y sus cabezas rodando en una cancha de fútbol absurda y demencial?
La droga y el poder político avanzan como una mancha voraz sobre México. Lo pone de rodillas. Lo viola. Avanza y no se detiene.
Se extiende como un pájaro negro sobre América latina.
Tengo dolor ¿Acaso puedo tener otra cosa?
Sí.
Puedo exigir Justicia.
Gritar a cuatro vientos la responsabilidad del Estado.. Golpear puertas.
Abrir el corazón.
Preguntar ¿Dónde están?

Abel García Hernández
Abelardo Vázquez Peniten
Adán Abrajan de la Cruz
Alexander Mora Venancio
Antonio Santana Maestro
Benjamín Ascencio Bautista
Bernardo Flores Alcaraz
Carlos Iván Ramírez Villarreal
Carlos Lorenzo Hernández Muñoz
César Manuel González Hernández
Christian Alfonso Rodríguez Telumbre
Christian Tomas Colon Garnica
Cutberto Ortiz Ramos
Dorian González Parral
Emiliano Alen Gaspar de la Cruz.
Everardo Rodríguez Bello
Felipe Arnulfo Rosas
Giovanni Galindes Guerrero
Israel Caballero Sánchez
Israel Jacinto Lugardo
Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa
Jonas Trujillo González
Jorge Álvarez Nava
Jorge Aníbal Cruz Mendoza
Jorge Antonio Tizapa Legideño
Jorge Luis González Parral
José Ángel Campos Cantor
José Ángel Navarrete González
José Eduardo Bartolo Tlatempa
José Luis Luna Torres
Jhosivani Guerrero de la Cruz
Julio César López Patolzin
Leonel Castro Abarca
Luis Ángel Abarca Carrillo
Luis Ángel Francisco Arzola
Magdaleno Rubén Lauro Villegas
Marcial Pablo Baranda
Marco Antonio Gómez Molina
Martín Getsemany Sánchez García
Mauricio Ortega Valerio
Miguel Ángel Hernández Martínez
Miguel Ángel Mendoza Zacarías
Saúl Bruno García

En cada uno de ellos se arrodilla la vida.
En cada uno de ellos, un dios de carne y hueso pide perdón, igual que yo.

LAURA VILLANUEVA MORALES
(México DF-México)

MÉXICO

La bruma cubre a mi pueblo
las ánimas, se animan a salir
silva el viento los misterios
de asesinatos ,ocurridos en mi país.

El hedor putrefacto de la tierra,
a confesado la verdad que se ocultaba
Lámparas, piedras, picos y palas
sirvientes leales de la esperanza
que no quiere llegar a su fin.

La voz lastimera,del padre
la fe que no mengua, de la madre
y las plegarias al unísono, desde la raíz.

Se unen continentes, países, mucha gente
indignados, dolidos, por el Presidente
que en México impera, sin  quererse ir.

LEANDRO MANUEL CALLE
(Córdoba-Argentina)

Ellos castran la palabra
y qué vamos hacer con una palabra mutilada
una palabra que no tiene
manera de agarrarse a la tierra
palabra sin esperma
vacía como un huevo vacío
cáscara
No se puede hacer nada
con la palabra castrada
pero se puede crear otra palabra
una palabra fecunda y plena
como la palabra árbol
y plantarla en el centro de la vida.

LILÍ MUÑOZ
(Neuquén-Argentina)

43 AYOTZINAPA

De pasionarias cobres y azuleas, de cuchicheo de pájaro en concierto,  nuestros cuerpos se nutren.
Nombres huellean las piedras, florecen en la urgencia, saborean mansedumbre del verdeo, exilian los arroyos, marcan América.
Espuma es apenas la  memoria, una brizna en el canasto que tejimos, hilito de canción, tapiz de alas.
43 Ayotzinapa. Viajeros sin olvidos, magistrales maestr@s en humildad y riesgos ¿cuáles acentos entre sal y humedales tendrán para decirnos?
Su paso tenue, espíritu nos llega y es mixtura en olores del alma arrebatada. Apalabrar poemas, amasar más palabras, cordel que une noche y alborada, maraña de fogatas en racimos inciertos.
Ni remolinos ni presagios, viv@s,  que en la vida amanezcan.

EN EL MURO

En el muro se enmuran los lamentos
amurados desgarran
los tatuajes
grafitan pieles
secan  márgenes
riberas
marejadas
tan lejos todo
tan nosotros.

Mudo cemental
muro cerrojo
mural de  nuncas
rotula la dientuda
pesa-almas en cripta
Palestina  Judea
enmurallada.

MARÍA DEL ROSARIO ROMERO CONTRERAS
(Roldanillo-Colombia)

FRANJA DE GAZA

Agnus Dei qui tollis peccata mundi, miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona nobis pacem.
Corderos…, Aladinos abandonados de Dios,
desterrados, acorralados contra el mar por la ambición del mundo.
¿Tendremos piedad de vosotros?
Corderillos sin Alá y sin Jehová que los proteja,
desangrados sobre la arena por el pecado del mundo.
¿Tendremos al fin misericordia de vosotros?
Palestina sin Tierra Prometida,
bombardeada, invadida, exterminada,
asesinada por la violencia genocida.
¿Tendremos al fin justicia y amor para vosotros?
¿O seguiremos ignorantes, indiferentes, impíos, inmisericordes?
Busco tu pequeñísimo mapa y tu larga historia dolorosa.
Gazatíes bloqueados por las grandes potencias del mundo.
Sin luz, sin alimentos, sin agua…
Atacados por los dueños de la luz, los alimentos y el agua…
(“Pelea de tigre estando el burro amarrado”, decía mi abuela).
¿Y qué haremos por ti,
es decir, por nosotros,
para que la vergüenza nos conmueva
y elevemos un grito solidario que frene la masacre
de tu millón sobreviviente
y elevemos un grito por tus madres
con hijos cercenados en los brazos?

MARÍA ELENA SOLÓRZANO
(Ciudad Delicias-Chihuahua-México)

TINTA EN SANGRE

Tinta en sangre la bandera de la paz.
Entierran ramilletes de manos cercenadas,
ramilletes de piernas sin dueño.

¡Señor, por qué los has abandonado!

Tinta en sangre la paloma de la paz.
Por tu cielo no cruzan torcacitas
llevando en su pico la flor de la concordia.
En tu cielo no esplende el arco iris
de los buenos deseos.

¡Señor, por qué los has abandonado!

Atraviesa tu firmamento
la pirotecnia mortal de los misiles
y los niños miran arrobados
esa feria de rojos resplandores,
sin saber que su luz anuncia muerte.

¡Señor, por qué los has abandonado!

La madre clama por el hijo
con tinieblas en los ojos,
ya no mirará los crepúsculos dorados
ni el cobalto del mar al medio día,
solo aspirará el perfume de los muertos

¡Señor, por qué los has abandonado!

La madre llora por la hija calcinada,
a su casa entraron
las lenguas de la lumbre,
ella se convirtió en antorcha.
El esposo llora por su amante
que muere con un hijo en las entrañas.

¡Señor, por qué los has abandonado!

Los hijos ya sin padres
deambulan en esa eterna noche,
buscan en los escombros
Indicios de vida, los lamentos
y tendrán solo un zapato del padre
como insólito recuerdo…

¡Señor, por qué los has abandonado!
Pero todavía se yergue la esperanza,
todavía aparece el sol tras la montaña
derramando sus carmines.

Todavía hay hombres que repudian
las guerras fratricidas,
la violencia en la mirada, lengua y mano.

Todos queremos ver
ondear la bandera de la paz
alba y limpia en todas las naciones.


NO QUIERO VIVIR

Ya no quiero vivir,
mi hijo se fue al reino de las sombras,
al lugar sin retorno,
al lugar de los descarnados,
al lugar donde las almas
en calina se convierten.

Hijo mío sin ti la tierra es fría.
Quiero que una granada
explote entre mis manos,
quiero que una granada
destruya mis entrañas
y este dolor que me aniquila.

Ni siquiera tuve tu cadáver,
para llorar sobre tu tumba.
Ni siquiera besar pude tus fríos labios.

A mi pecho que lleguen los misiles
y conviertan mis huesos en esquirlas;
lo buscaré, ese será el camino
que me llevará a ti, mi amado hijo…



MARISOL CABRERA SOSA
(La Floresta-Canelones-Uruguay)

Para “el ser más completo de nuestra tierra” J.P.Sartre

No conocí al tigre
ni la tierra de ese bosque africano
quise saludarte
y encontrar algún rastro de humedad.

Pude recordar sí, el viento activista
las banderas
las canciones
la calle llena de esperanza
en esos tiempos
no cotizaban las encuestas
ni por asomo las rosas volvían
de los aniversarios.

No conocí la  boina
ni la tierra de tu voz
supe sí de tus discrepancias con los imperios
ganadores de la mitad de la mitad
de tus deseos de romper murallas
trepar verdes y proponer, siempre proponer
en esos tiempos
no cotizaban las estadísticas
ni por asomo las rosas volvían
de los aniversarios.

Hoy en la mirada de tantos
 te reconozco en la ternura.

Se escapa el corazón hermano
la mano busca con desesperación
la siembra de vocales y consonantes
en la tierra masacrada.

Se escapa la serpiente emplumada
bestias, aves, excremento
 pie asesino en Ayotzinapa
una vez, otra vez, siempre el puñal
enmudece el despertar
aviva el dolor en el día de todos los santos
“vivos se los llevaron, vivos los queremos”
la urgencia
atraganta las cuencas vacías
desollar la esperanza
no quiero consejos, déjame ser
que se me duerme el nombre
¿qué voy a hacer dios impasible?

No me contestas, dios impasible
los sacrificios suman sangre milenaria
sedimento atroz
¿cuáles son las grandes horas?
¿ los grandes funerales?
Las madres lloran y esperan
Guerrero sin guerreros
rosario púrpura
las cruces multiplican
y en los corazones
las operaciones militares dividen.
La tierra arde
y el libro de las horas
se quedó marcando
el número cuarenta y tres.

¿ para qué seguir preguntando, dios impasible?
El pelo, las manos, los ojos de los 43
esperan crecer y nacer
las flores y cirios se amontonan
aromas y luces se desangran
por acá puteamos por el México indeseado
clamamos por una revolución
que incendie América
arrastre todo el excremento
malditos ladrones de la esperanza campesina
tan honda la herida
tanta rabia, tanto dolor

nunca es tarde: “vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

NECHI DORADO
(Ciudad Autónoma de Buenos Aires-Argentina)

LA FURIA DEL  ODIO

Despertó el Cancerbero
-que en realidad nunca anduvo muy dormido-.
Al sacudir su cabeza,
desparramó su baba purulenta
contaminando más allá de sus fronteras.
Cuando  Caribdis dio la orden
bien precisa, ¡bien de mierda!:
“Quiero almas que ardan
ardor eterno,  incineradas, chamuscadas entre  barro,
olivo, acacia, ciprés,
granado, higuera”.

¡Quiero que ardan  las almas,
en su propia tierra! Gritó la bestia
y el odio dibujó desalmado su mejor sonrisa.

Y se cambió la historia, se volvió calco de otra historia.
El invasor  hostil  que un día fuera mártir,
Se convirtió en caníbal
de su propia raza, de su propia estirpe,
de su propia sangre.
¡Presencia el mundo tamaña delincuencia!

Yacen los cuerpos siendo
un revoltijo de arterias, venas,
huesos rotos, dolor, nudos, torturas.
Espuma, odio, blanco móvil,
llanto y espera.
Salpican la Mafghoussa,
Musakhkhan, la Mujaddara
con fluidos del cuerpo
de su propia hermana.

¡Tanto el horror y tanta la desgracia
Programada!

Es Palestina la víctima,
el Maldito Sionismo, es su verdugo,
cuenta con aliados en oriente y occidente
y un silencio cómplice que rompe
las entrañas más profundas de la tierra.

El mundo sigue su giro enloquecido,
¡Si es para no creer tanta locura brutal
Que estamos viendo!
¡Maldita guerra, malditos asesinos!

AY PALESTINA…

Pobre el poeta que no llega a condolerse,
ni levanta su voz frente al espanto
de la muerte,
¿puede un artista refugiarse en el mutismo
sin convertirse en una burda caricatura del ausente?
¿Cuál es la zona fronteriza que separa
al cómplice brutal
del indolente?

¿Y DESPUÉS?

A bombazo limpio!
Enmugrecido nada más que por la sangre
que quedará regada en el recuerdo.
Como acopiadores de semillas de la muerte
giran haciendo germinar brotes de odio
ante los ojos de la tierra desgajada.
Dicen que son israelíes y es mentira
digamos… que son escorias, no más,
sin disimulos.
¡Bestias inmundas de un infierno inaugurado
por el sionismo brutal y sus aliados!
¿Y qué vendrá después?
¿La martirización de los monstruos?
¿Seguirán recordando holocaustos propios
mientras siguen masacrando a los ajenos?
¿O apoyarán sus traseros en el polvo
que habrán de masticar
tras su derrota moral, vuelta vergüenza,
con un solo trofeo entre sus garras?
¡El desprecio visceral del mundo entero!

PALESTINA…

El niño tiene un sol que no calienta,
en el bolsillo.
Tiene hambre de un beso
en su mejilla resecada por el humo.
Y siente miedo, vierte lágrimas que corren
desbocadas.
El niño busca respuestas que no llegan
tiene un hoy
empachado de estampidas
y un mañana casi, casi,  predecible,
probablemente ensordecido para siempre
tan sombrío como su ayer
inicuo. Más bien digamos directamente
descarnado.
¿Huye o espera esquivando los días y las horas
en la maraña de ausencias que lo agobian? 
Si acaso algún creador de pacotilla
se arrepiente, se conmueve, lo
“perdona” por andar en esa tierra
“sin permiso”;  con los años
el niño verá el reciclado
de su historia.
Y encontrará a otro niño
que también tendrá un sol que no calienta
en el bolsillo.

NORMA SEGADES-MANIAS
(Santa Fe-Argentina)

AVISO CLASIFICADO

Puede ser pequeñito, /carente de recursos, /con voces de gorriones desvelados elevando plegarias en mitad del desierto.
Que nadie lo conozca.
Que haya sido expatriado / de libros que registran perfiles de memorias / en las zarzas ardientes.
Que se muestre cubierto / por jirones de urdimbres como penas. /Que camine descalzo. / Que no demande altares ni metales preciosos ni sangre en sacrificio.
Porque debe ser digno, /porque debe ser íntegro, /porque debe ser justo.
Arbitrar entre oscuras ambiciones / amparando las últimas palabras de las víctimas, /sumándose a las lágrimas de los sepultureros.
No queremos saber de sus trompetas destruyendo los muros / donde la almendra del futuro aguarda  a que terminen / las jornadas del trueno.
No soportamos, ya, la alevosía / de sus tanques siniestros / desafiados de pie / osadamente / por la inutilidad de los guijarros / con que intentan los niños vencer las falsedades de sus treguas.
No aceptamos misiones arbitrarias / dirigiendo misiles / hacia las geografías inmoladas donde habita el silencio.
Ha llegado el final de la paciencia.
Por eso pretendemos que sea compasivo, / que defienda a los débiles de una muerte a destajo, / que no oculte bengalas allende los crepúsculos, / ni atesore monedas recibidas del cómplice, / sin testigo a la vista, / para moler la carne de otras razas / soterradas a mano entre restos de bombas escritas por sus hijos / al salir de sus odios / en el atrio del templo.
Que no permita a nadie detonar proyectiles en racimo /ni devastar colegios, hospitales, /camuflando de un gris casi ceniza / el rostro que se ausenta /sin haber conocido más que astillas de vida.  
Daños colaterales de negocios salvajes. / Daños colaterales de un apetito ciego.
Que no firme más pactos. / Que no funde más guerras. / Que no cobije ejércitos. / Que no extienda su gracia. / disfrazando de hazaña la historia de homicidios / avanzando / desde el origen mismo de los tiempos. / Cuando las tribus eran sólo doce / y la tierra alcanzaba para todos / y el cielo castigaba con fuegos infernales, / con llovizna de sales radioactivas, / a los desobedientes.
Nos urge alguien . / Nos urge.
Alguien capaz de denunciar serpientes. / De llamar a las cosas por su nombre. / De levantar la paz como bandera de igualdad y justicia.
Porque ya no no nos sirve la tríptica crueldad de los antiguos, / las manos con sus báculos / quebrantando peñascos, / propiciando atropellos, / hendiendo el viejo cauce de los mares, / esquivando el castigo.
Porque ya no nos sirve el mundo de los buitres.
Necesitamos conseguir un dios mucho más manso, / de indulgencias plenarias  y un nuevo misticismo / que no demande sangre o enemigos o las lonjas de tierra que no nos pertenecen.  
Inventarnos un dios más respetuoso, / para empezar de nuevo.

UN DICCIONARIO URGENTE

Cuando vientres /  y fauces venenosas / y esa perseverancia pagada por secuaces / más allá de la mar mediterránea, / permite a tus reptiles arrimarse en silencio / al amparo imponente de blindados. / Cuando andan sus orugas / aplastando orfandades y cegueras. / Y los gritos / no encuentran más refugio / porque llueve metralla / porque los enemigos resultan demasiados, injustos y letales. / Y no quedan milanos defendiendo las crestas / con tanta dignidad, / tanto coraje.
Cuando se acerca el odio / husmeando calcañares y arterias palpitantes. / Y millones de vuelos / desangran en la arena / su martirio ceniza. / Y hay ojos observando la agonía en vivo y en directo. / Y hay bocas en el mundo reclamando justicia sin que ninguno escuche. / Y tu lengua prosigue faltando a la verdad, / rompiendo treguas. / Y el tiempo prometido resulta insuficiente / para asumir el duelo / para cavar algunas sepulturas / y proteger los restos del ultraje.
Mientras construyes nidos en la tierra robada. / Mientras condena el cielo tus injurias. / Mientras sienten vergüenza de tus actos /los antiguos patriarcas. / Y tus perversidades, / cargan contra los niños, / contra las muchedumbres desarmadas. / Mientras violas derechos al vecino. / Mientras deportas sueños. / Mientras demueles casas. / Mientras confiscas tierras. / Mientras desobedeces todo reglamento / refrendado en la historia. / Y tus socios te ofrecen sus colmados morrales.
Ha llegado el momento de decirlo.
Es que al abrir el alba / marcha la humanidad como un espectro  / insomne todavía, / buscando el diccionario capaz de revelarle / el sentido final de un sustantivo / que tensa sus escrúpulos.
Y se torna imperioso no aceptar confusiones. / No tolerar que nadie nos perturbe / con argumentaciones y estadísticas tan poco respetables.
Entonces nacen náuseas en el fondo del asco. / Entonces testimonian los cráteres abiertos, / los desmoronamientos de escombros opresores / engendrando los días del olvido. / Entonces te denuncian sus párpados cerrados, / desnucados, golpeados, quebrantados por la dureza de tus proyectiles, / ladrillos que sucumben a tu paso / o muñones maltrechos / o los puños del hambre.
Y ante la gravedad de tus rapacidades / los pueblos no comprenden / las razones que avalan tus arengas. 
Porque la guerra, hebreo, es otra cosa. / Un conflicto zanjado a pura muerte. / Se necesitan siempre dos ejércitos / desafiándose en campos de batalla. / Y aquí / no hay hueste alguna / que se oponga a tu arbitrio.
Es cierto que vanguardias extraviadas en las escaramuzas del azufre / suelen parapetarse detrás de otras doctrinas / a disparar sentencias tutelares. / Es verdad que algún brazo / fundamental y armado / cada tanto se toma su revancha.
Pero debes saber que tus proezas / socavan el portal de la esperanza.
Los civiles son seres indefensos. / Los civiles no luchan. / No pueden hostigarte. / Tan sólo son guarismos en torpes inventarios. / Cifras en un tablero. / Y una búsqueda urgente de palabras.
Esta injusticia absurda no alcanza la estatura de una guerra. / ¿Guijarros frente a tanques?

DAÑOS COLATERALES.

Damas y caballeros de la fe inclaudicable /¿Qué voces hacen falta para decir la muerte?/¿cómo cantar angustia en el idioma universal del hambre, / es decir el despojo, es decir la avaricia, / es decir la codicia por las tierras ajenas.
Dile al dios poderoso, / con su dinero verde e idénticas mentiras, / de la incredulidad, la desconfianza y hasta el escepticismo / de aquellos que creímos las torpes invenciones / de su ardor en la zarza, / de sus montes ardiendo, / de sus trompetas contra las murallas, / de pestes y matanzas en Egipto, / de los mares abriéndose al paso de su pueblo.
Porque es el mismo dios en quién confían los niños palestinos.
El mismo a quien le ruegan en sus noches heladas.
El mismo que les niega una vida posible /cuando su escuela vuela en mil pedazos / o el hospital se incendia bajo un silencio injusto.
Pues el chacal suspende su marcha entre las sombras / ventea entre las grietas esos vapores de putrefacciones /con que la muerte entrega sus baluartes / a las lenguas del viento.  
Y hay huesos amputados por la furia. / Y hay carne profanada al borde mismo de la medianoche. / Donde expiran plegarias y el llanto se deshoja /como los sicomoros,/ como los tamarindos / ante el constante detonar de ráfagas / y metrallas, misiles, bombas de racimo,
Ante voracidades impuestas en reclamo por historias rayanas en leyendas / oculta el uniforme de sus ferocidades. / Repite de memoria la herencia de artimañas que aprendió en las barracas / cuando el mundo enemigo  y los trenes cumplían sin condena / su cuota de holocausto.
Detrás de hipocresías infamantes. / De la traición taimada y alevosa. / De obtener su jornada subsiguiente / a pura delación, pura deshonra/ entregando su sangre / como salvoconducto. / De aferrarse al espectro de la supervivencia / a costa de un brutal padecimiento.
Detrás de simulacros y bajezas. / De miradas vencidas, pisoteadas. / De las degradaciones más abyectas y otras hipocresías que no vienen al caso. / Calza sobre la historia el sayal amarillo de sus rapacidades. / Y toda vejación impuesta a sus ancestros.
Mientras los edificios exponen picaduras / y un olor nauseabundo emerge de las caries / cuando se extiende el límite del grito / sin emitir discursos ni oraciones.
Mientras perfila ausencias el paisaje / porque algarrobales y milanos marcharon al destierro / hacia el duro horizonte donde la honestidad de las higueras / multiplicó en los frutos esa dulzura terminal y absurda / que estalla en las papilas gustativas / apacible, pulposa, complaciente.
El chacal de mirada escurridiza /se oculta en el desierto / alterna con siluetas de aves devoradores de carroña / buitres, aguilas calvas, gavilanes.
Con picos poderosos, con garras eficaces, con reclamos urgentes.

Cambiaron la memoria de sus niños / por la agonía de inocencias nuevas. / Daños colaterales de todas las batallas / que se libran al borde de la vida./Mientras los cuerpos saltan en pedazos. / En tanto la locura puede decapitarlos. / Y las razones suenan a mentira / a falsificaciones / a invenciones / sin que la humanidad se haga palabra / para decirlo todo / para hacerlo denuncia /para asumir la voz de las infancias que mueren por los ojos, por la sangre, por las piernas que faltan / bebiéndose la muerte a borbotones / con los padres aullando tanta desesperanza.

EL ECO DE SUS NOMBRES
(Ayotzinapa)

Alguien grita los nombres a la hondura, cuando el silencio vuelca sus pisadas señalando la senda del regreso.
Otros rastrean sus anonimatos yacentes en la mugre, en fosas donde reinan extravíos, en rostros desollados y oquedades vacías.
Diciendo: no eres nadie, no eres nada.
Las vigilias de pie se vuelven mármol en cada coordenada de cada desmemoria. Franquean las fronteras de viejas corrupciones.
Porfían. Perseveran.
Se obsesionan en visibilizar esta masacre para los hombres ciegos.
Sus candelas de fuego permanecen atentas.
Buscan sus sepulturas en rincones sin cruces ni señales.
Turbados. Confundidos. Eclipsados. A tientas.
No llevan talismanes que los salven.
No hay un salvoconducto resguardando sus marchas entre bolsas oscuras y maizales ajenos.
Porque todo es inútil.
No hay respuesta a la palabra aquella que ejecutó el bautismo desde los duros vientres campesinos dadores de la vida y de los sueños.
Resistentes a cualquier embestida de la desesperanza.
Llorando su tormento sin una sola lágrima.

Caminando el dolor sobre la tierra.

PATRICIA DAJRUCH
(Córdoba-Argentina)

LA CASA DE AMÍN

Sobre la casa de Amin
cayó una bomba
su casa destruyó,
sobre la casa de Amín
cayó una bomba y a su madre mató
—dicen que fue un error—
Sobre la casa de Amín
cayó una bomba su pequeña
biblioteca rompió
volaron mil hojas
mil hojas de amor.
Sobre la casa de Amín
cayó una bomba
su hermano al ejército se alistó
mató al enemigo
—dicen que no fue un error—
Sobre la casa de Amín
cayó una bomba
a sus piernas cercenó
murieron todos su sueños
¿y esto también fue un error?

PEDRO SALVADOR ALE
(Toluca de Lerdo-México)

I

LA POESÍA Y LA JUSTICIA

La justicia carece de luz,
sale el sol para la poesía, el hombre, la mujer que sueña,
la justicia es un desierto, en el que los obedientes siembran
mentiras;

la justicia es para el poder, la poesía es para los jóvenes,
la justicia es para el cura, el militar, el inversionista,
a ellos los mira, los palpa, los reconoce, para ellos trabaja,
la justicia;

la justicia lo explica, es justicia para unos, miseria para los
más, la poesía es para todos;
la justicia dicen sus administradores no es el bien ni el mal,
la justicia es para los crímenes castigados a conveniencia,

la justicia es venga mañana,
los diarios, los noticieros, aseveran que la justicia es
nuestro destino, que la justicia es el poder establecido,
la poesía dice que la justicia ha muerto;

el pueblo violento, desangrándose,
responde, la justicia somos nosotros;
la poesía no sabe no lo que es la justicia,
sólo sabe lo que no es la justicia,

y no sé quién sepa más, lo que sí es que la gente sabe
que no hay justicia,
a golpes o disparos no hay justicia,
o sea que de un modo u otro existe la justicia,

por su ausencia todos lo saben y si esto es absurdo,
identificar la aplicación de la ley,
la justicia con la poesía
que no hace diferencia con los hombres,

a todos les canta, a todos los ama,
no puedo señalar que la justicia existe
y no debemos dejar de conocerla o abandonar nuestra
resistencia

por la simple desidia;
ahora puedo decir que existe
cierta coincidencia,
la poesía es el amor;

la justicia no sabemos dónde está ni como es, no la podemos
dominar ni conocer ni implantar,
esa justicia que nos hace luchar , justicia que sólo en el amor
cumplimos a carta cabal, como la poesía.

II

LUCES DE FURIA

No derrumben sus luces de furia los caballos de la sangre
por la dulce piel no vuelen cenizas sino gritos
hay mucho que andar por las voces todavía
no flaqueen ya lejos quedó la cueva de fatiga
las sombras duras que ataban los tobillos

la muerte quiere cerrar el paso con mil gorilas
sólo llevas un camino el de la poesía su valiente paciencia
quema el hambre los fríos de más adentro
los pájaros del tiempo cruzan este cielo piden justicia
nacen de las destrucciones como besos redondos panes

valientes paciencias caballos al galope por el filo de las balas
en la calle de las certezas en la piedra de los sueños
en el amor  que reúne sus voces contra los asesinos de la luz

valientes paciencias en sus ternuras furiosas por justicia
relampagueantes por las palabras valientes paciencias desbocadas
no doblen las manos ni el pulmón ni las rodillas de los caballos
por la sangre

ardan paciencias valientes desde los huesos hermanos inventen
galopes la dignidad no frene su antiguo corazón sus mieles
su cielo abierto sea carrera por su cuchillo por su sangre no se
cansen caballos  habrá justicia con estos galopes caerán las máscaras
el siempre solo no será más solo andará con muchos que galopan

III

LOS MAESTROS INDIOS

Los maestros indios salen de estas tierras con su infierno
sin actuación ni olvidos  ni culpas
por su mundo de maravillar pelean contra ciegos asesinos
que sólo ven el oro por el cuál tanto error

a pesar de las profecías del poder
los maestros indios son guerreros de gran alma
sufren su salud ante los disparos del odio de la codicia de la usura
así los busca la maldita bala bajo el cielo de Ayotzinapa
como a pájaros inciertos

no quieren ser esclavos de ese poder
por eso no mueren sus conciencias
esconden y reparten sus voces en hogueras de estrellas

las máscaras caen por expansión de  bruta muerte
sólo función de disfraces agrada al hombre sin razón

mas la ceiba de la dignidad es venidera por sus raíces
es de ver ahora sus voces sorpresivas en la urbe
es de oír sus voces sus huesos  sus troncos resplandecer
en asambleas de valientes impaciencias
es de sentir qué ancho es el óxido de los miserables
que ignoran la pobreza

los maestros indios salen de las indias este mundo
remontando sus cráneos sabios sus pies de barro
sus manos ígneas de labor
a morir por el saber con sus disparos de tiza
a morir de niños calzados en sus ancestros
se enfrentan a los ciegos del oro los reyes del número

los miserables asesinos del maíz sin corazón

RON RIDDELL
(Wellington-Nueva Zelanda)

EL SILENCIO
Para los estudiantes normalistas de Ayotzinapa

El silencio tiene una voz
tiene un respiro
tiene esperanza
el silencio tiene suplicas
respuestas y lágrimas secas
de almas vacías
el silencio tiene calles
llenas de gente que va hombro a hombro
en el espíritu invencible
el  silencio tiene las voces de la tierra
de vivos y muertos
tiene los frutos de la tierra
y los cantos de la luna
tiene la fuerza y energía
de los ángeles respirando
de seres bebiendo sangre:
el agua en su silencio -
lagunas de las lágrimas blancas
y familias desgarradas -
el silencio en la lluvia
del sol en su tristeza
de sus estrellas fugaces
en las alturas desvistiendo la oscuridad
el silencio en su hermandad
maestros, campesinos y obreros
el silencio tiene las manos blancas de los muertos
de los desaparecidos que brillan en la oscuridad
la oscuridad de las palabras
de príncipes de plata
los generales detrás de las cortinas de humo
el silencio es el espejo de los rostros de la calle
y de los rostros detrás de los rostros
los fantasmas que danzan todavía
en los fuegos de la noche
en las fiestas de los muertos
el silencio respeta los muertos que duermen
en dignidad y libertad
los que pudieron liberar sus cadenas
del ruido de la locura:
tiene la poesía de la inocencia y la juventud
tiene las voces que vuelven a recordarnos
que nada es imposible
ninguna lucha es insoportable
en los vínculos entre los vivos y los muertos 
las manos que pueden alejar y juntar
las manos de los desaparecidos
los desaparecidos de la luz y de la oscuridad.
El silencio puede ver, escuchar y entregarnos la voz de lo humano
                                                                    de nuevo
      de nuevo
otra luz
                   otra esperanza.

Traducción de Saray Torres

SANDRA GUDIÑO
(Santa Fe-Argentina)

ECO

A los niños de Gaza
que ya no están.

Un ruiseñor canta
en eco helado del alba.
Único eco
cuando un niño muere
en brazos del ángel
equivocado
con la medalla del absurdo
colgada al pecho
y en los labios resecos
el himno de la paz.

La tierra lo recibe
a corazón abierto
como a un héroe
robado a la vida
y escupe lava
para soportar
tanta violencia.

Un silencio sin mordaza
se escurre hacia adentro
después de beberse
todo lo llorado.
¡Oh! Turba exhausta
sin nada en las manos
concédeme el consuelo
concédeme el consuelo
concédeme el consuelo.

 SILVIA DELGADO FUENTES
(Sopelana-Bilbao-Euskal Herría)

¿DÓNDE?

¿Dónde cubrieron sus nombres con tierra y ceniza?
¿Adónde llevaron sus huesos o sus vidas?
¿En qué lugar enterraron  tantos mañanas,
tantos sueños y rebeldías,
tantos?
¿Dónde están sus huellas?
¿Dónde está el clamor del mundo partiendo en dos cada día que pasa, cada día?,
¿Partiendo en dos ese silencio espeso que se clava en un país con desaparecidos?
¿Dónde están, dónde?
¿Dónde los asesinos?
¿Dónde los dedos que apretaron los gatillos?,
¿Dónde los dedos que encendieron el fuego que abrasó tantas semillas?
¿Dónde están, en qué parte?
Decidlo, verdugos,
Decidlo,
decidlo,
decidlo.

NO TENGO SITIO

Ni siquiera puedo secar vuestro llanto,
mis manos no alcanzan,
 no son nada,
 apenas un instrumento que me ayuda a deletrear la infamia.
Ni siquiera puedo imaginar qué sienten  los jóvenes en esta hora larga,
en este largo invierno,
en este largo instante
en el que aún los cuerpos no tienen  descanso.
Ni siquiera puedo pensar en tanto espanto,
no me cabe,
no tengo sitio para tanta barbarie galopando sobre tantos,
tantos huesos.
No tengo sitio para tanto pueblo sepultado hoy,
ahora mismo.

NO ES UN GENOCIDIO

No es un genocidio,
 No existe la palabra que explique tanto horror clavado en una patria.
La muerte está presente a todas horas pero no importa. Son cadáveres que sobran.
Quieren esa tierra a pesar de su historia.
La quieren como sea, con cráneos de niños, con  cuerpos mutilados, sin pájaros, sin vida.
La quieren afeitada.
La quieren sin primaveras.
La quieren, eso es todo.
¿Cómo no odiar a los que disparan?
¿Cómo no odiar su bandera  y las banderas que la respaldan,
la demencia cómplice de los que pudiendo hablar se callan,
la indiferencia de los que no miran la sangre
que revienta y se derrama?
¿Cómo no odiar este instante tan amargo en el que se llora
y se llora
sobre cientos de sudarios blancos
mientras no muy lejos brindan cada día
por el éxito de una cacería infame
donde hombres y mujeres a medio parir
dan caza a un pueblo herido que por no poder
no puede ni proteger a sus hijos del a lluvia de plomo,
de la ira?

EL CRIMEN

¿Cuál es el crimen de los niños?
¿Qué hicieron para estar enjaulados?
¿Jugar entre escombros es delito?
¿Comer de las sobras es delito?
¿Reír a pesar del plomo y la metralla?
¿Qué delito hace un niño,
qué dolor, qué infamia?
¿Qué puede hacer un niño para ser  una amenaza?
¿Encarcelarán a los bebés por gritar a deshora?
¿Fusilarán a las embarazadas porque en sus vientres crecen vidas?
¿Castrarán a los hombres,
prohibirán engendrar como medida preventiva?
¿Matarán a quien  ame con urgencia?
¿A quién tenga sexo en esa tierra podrida de violencia?
¿Cuál es el crimen?

¿Jugar con el tirachinas a derribar tanques,
a derribar drones,
a derribar a la soldadesca que va armada hasta los dientes?
¿Cuál es el crimen, tirar piedras a quienes tienen todas las balas?

La estrella azul está podrida, huele a holocausto y a mierda,
 es la excusa perfecta para dar vía libre a la barbarie.

LA NO- CANCIÓN DE LOS ESTUDIANTES.

No canto no.
Sólo escribo
para recordar que ya no seréis cantores,
que  vuestra garganta no podrá decirnos cuanto duele
ser joven en medio de las barbarie,
en mitad de ese desierto de impunidad donde hay  demasiados cadáveres.
No canto, no.
No se puede cantar en la hora delos crímenes.
Nada.
No canto.
No puedo hacerlo,
se pudren  mis labios
si hago canción
del espanto.

SONIA RABINOVICH
(Córdoba-Argentina)

Cuidado poetas, no canten a los pájaros negros
que despliegan sus alas en aquellos cielos.
No son bandadas que emigran.
Artistas, no pinten el óleo negro sobre los mares
ni sobre las aves o los peces
para hacerlos renacer en cada tela.
No hay mezcla de colores que imite el de la muerte
No existe perspectiva para el dibujo de la destrucción
ni pincel capaz de asemejarse a la inconciencia brutal.
No habrá pincel ni pluma que pueda reflejar la estupidez
que pasará a la historia
como el principal atributo de la especie.
Cuidado poetas, no hay metáforas-

PERO ESTO NO ERA

¨afuera está lloviendo en otro idioma ¨
(Jorge Boccanera)

Este poema fue soñado.
Un jazmín extendía sus pétalos
y absorbía el olor a piel chamuscada.
Era Londres. Era Madrid. Era Irak.
Era Tel Aviv. Era Buenos Aires.
El humo cubría las órbitas vendadas.
Por las avenidas , falanges sueltas
tocaban las vidrieras de Tiffany y Cartier
El planeta azul con su conciencia gris, ennegrecida.

No hay sonidos.
Celulares pegados a caras
con bocas que se mueven.
¿Quién puede mirar tu ojo
que tiene una sola lágrima
donde se refleja el horror?
¿Cuándo fue mejor?
Había otros trenes
que desembocaban en alambres y chimeneas,
aviones que terminaban en lago al fondo.
Perdón Mallarmé, ¿Volver a las palabras de qué tribu?
Huí, dobro, todo adjetivo mata.

La idea es el invisible
donde ajustar al hombre, su cama de Procusto,
y los hombres son azules o verdes o violetas,
tienen ramas y raíces
y pájaros que les nacen
cuando quieren ver más lejos y volver.
Y qué hago yo aquí
soñando como Lennon sin bala
desde este margen, con un poder
que no le sirve a nadie,
desde esta palabra que nunca será esclava,
en este mundo que desde hace cincuenta años
me perfora el cerebro.

¿Seremos lamidos por las fieras
en el bosque de la ambición?

La Gran Sacerdotisa
no atina a leer el oráculo.
No se disipan los fuegos.
Las cenizas entraron en los ojos de los vivos.
El jazmín del sueño crece al margen
y sabe que nunca llegará al lugar del deicidio.

Pero esto no era

Si digo, Gianuzzi, solo lo que veo,
muy cerca, en un plasma a color,
una lata roja de dos pisos
con el techo abierto al cielo de la muerte
y micrófonos que buscan
seres humanos inexistentes.
Lejos, imagino y no veo.
Dicen cincuenta y cinco, dicen heridos
Digo Primavera Otoño Invierno
otra vez primamuerte
Una sola digo y es suficiente
Veo, veo , Gianuzzi
pero eso no es el poema.

Soluciones individuales:
Gauguin en la playa con las morenas
y su edén personal
Picasso transformando amores
en vaginas dentadas.
Una caja con una oreja en un prostíbulo
y un girasol en la tela.
Rimbaud en África con melena de león
Pessoa plurificcional, heteroinfeliz,
multisolitario, uninónimo y final.
Neruda abrazándose a los mascarones de proa del living
cuando Matilde se escondía detrás de la pared.

Los cuerpos se mueven adentro de cánticos de alabanza
Otros cuerpos se mueven en canchas
donde un nuevo hoyo es una nueva frontera.

Pero esto no era

Era otra cosa, siempre es otra cosa
Siempre es lo que no se ve
y es todo tan flor de cactus y arañita
que desde este margen
te aprieto la mano
sabiendo que Bradbury, Wells y Orwell
lo veían sin pantalla
en el margen de su imaginación.

Este poema nunca fue soñado
porque no es este.
El dolor te llama en cada idioma,
te llama por nombres que otros les pusieron.
Silencio, silencio
este margen llama a silencio.

 SUSANA LIZZI
(Gualeguaychú-Entre Ríos)

AYOTZINAPA

Qué días tristes son
estos que miran desde mi país al tuyo
con ojos azorados
y  la mente incrédula.
Retroceso de la raza humana en este mundo donde
los jóvenes son aniquilables y sus cuerpos,
trapos desaparecidos.
¡Cuánto amargor, Ayotzinapa,
pendiente de amor donde ruedan
los desamparados de la justicia!
¿Ahora quién está al frente de esa nación y se arroga
el derecho de cometer tragedia?
…Pero si los que mueren pueden vivir por mucho tiempo,
tienen el poder de meterse en los rincones
de imbricar su mente con las mentes del tejido social impoluto,
los que desaparecen pueden
no morirse nunca.
Así que, espera:
hay un rugido que se alza.
Ninguna impunidad se queda sin respuesta. 

GAZA

Pan de gritos oscuros
noches de arena en sangre
de fuego entre los ojos.

La humanidad está en reversa.

Lágrimas no pueden apagar tanta desgracia.

Aquí y allá manos se ahogan
el corazón estalla.
Porqué llueve cenizas en la Franja
¿Porque la humanidad
tiene el paso detenido en sus deformidades?

Insensiblemente bombardean la vida
y nadie conoce el sentido de esta afrenta

La dimensión del hombre cabe en una moneda.